Fuentes descubre en los autores del siglo XX la huella del 'Quijote'

"El tiempo no es sólo historia sino que también es literatura", afirmó el escritor mexicano Carlos Fuentes en una conferencia en Palma, que tituló Los hijos de La Mancha y en la que explicó quiénes eran los que "asumían la herencia" del Quijote, una obra en la que "el espíritu cómico define la realidad".

En la literatura del siglo XX, el autor de Terra nostra nombró a diferentes escritores que proceden del "linaje" de Cervantes: Franz Kafka, Thomas Mann, Günter Grass, Italo Calvino, Milan Kundera, Salman Rushdie, Gabriel García Márquez y Jorge Luis Borges. "Kafka fu...

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"El tiempo no es sólo historia sino que también es literatura", afirmó el escritor mexicano Carlos Fuentes en una conferencia en Palma, que tituló Los hijos de La Mancha y en la que explicó quiénes eran los que "asumían la herencia" del Quijote, una obra en la que "el espíritu cómico define la realidad".

En la literatura del siglo XX, el autor de Terra nostra nombró a diferentes escritores que proceden del "linaje" de Cervantes: Franz Kafka, Thomas Mann, Günter Grass, Italo Calvino, Milan Kundera, Salman Rushdie, Gabriel García Márquez y Jorge Luis Borges. "Kafka fue el principal escritor del siglo XX", dijo, "y anticipó en su obra el mundo totalitario que venía; en El castillo y El proceso están los mundos sin apelación a la justicia, concentracionarios; el individuo arbitrariamente retirado de su vida y puesto en un limbo. Eso es la dictadura soviética, la nazi y todas las habidas. Es la imaginación del mal. Todo está dicho ya en Kafka".

"La anticipación literaria es la más fuerte de todas", agregó Carlos Fuentes. "La adivinación del pasado y la memoria del porvenir. Un novelista no recuerda el pasado, lo anticipa, lo imagina. Y no imagina el futuro, lo recuerda". Ésta "es la grandeza" que ve en los autores contemporáneos que son sus favoritos, como Franz Kafka y William Faulkner.

Carlos Fuentes confesó releer mucho, y que cada año retorna a Madame Bovary o al Quijote. Aun de vacaciones "me levanto y escribo a mano, cada día" en un gran cuaderno. En la página derecha apunta de corrido y rectifica en la página izquierda que ha dejado en blanco. "Escribo en la derecha y en la izquierda corrijo, como debe suceder en la política", subrayó.

En su obra literaria evita "la confesión personal, que es peor que la autobiografía. Hay que irse de la propia piel e imaginar el mundo exterior y volverlo al mundo interior escrito. No hay realismo perfecto, calcado, en la literatura".

La velocidad del lenguaje

Disertó sobre "la velocidad del lenguaje", esa "tradición de la velocidad" que detectó en la novela de Cervantes y en la narrativa de imágenes de Charles Chaplin y Buster Keaton. En "el long-seller de cuatro siglos" que es el Quijote está "la novela que no predica certezas sino incertidumbres". Ensalzó "el canto general de la palabra ante lo que Emilio Lledó llama el etéreo imperio de las imágenes".

Fuentes abordó las ideas, el tiempo y los libros, desde el nacimiento de la novela moderna con el Quijote -con sus ecos previos en Erasmo-, la influencia general de Cervantes y la tradición novelesca posterior, vinculada a la Revolución Francesa y a la égida de Napoleón: "La corriente de La Mancha y la de Waterloo". Al final, el público cómplice le aplaudió largamente, como a un solista tras un gran concierto.

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