Los editores exigen que el Gobierno se pronuncie definitivamente sobre el precio fijo de los libros

López Lamadrid: "Es la peor Administración desde 1977 en cuanto al apoyo del libro"

Los editores exigen que el Gobierno se pronuncie de una vez por todas si quiere mantener el precio fijo del libro o no. Ayer, antes de que se inicie hoy en Santander el 21º Encuentro sobre la Edición, se reunieron Antonio López Lamadrid, consejero delegado de Tusquets; Jesús Badenes, director general de Planeta; Riccardo Cavallero, consejero delegado de Random House Mondadori; Emiliano Martínez, presidente de Santillana y de la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE); Antonio María de Ávila, director ejecutivo de FGEE, y Fernando Valverde, de la Confederación Española de Gremios y A...

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Los editores exigen que el Gobierno se pronuncie de una vez por todas si quiere mantener el precio fijo del libro o no. Ayer, antes de que se inicie hoy en Santander el 21º Encuentro sobre la Edición, se reunieron Antonio López Lamadrid, consejero delegado de Tusquets; Jesús Badenes, director general de Planeta; Riccardo Cavallero, consejero delegado de Random House Mondadori; Emiliano Martínez, presidente de Santillana y de la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE); Antonio María de Ávila, director ejecutivo de FGEE, y Fernando Valverde, de la Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros (CEGAL), para tomar una postura común de lo que consideran la pasividad de la Administración ante la ruptura del precio fijo del libro.

Todos destacaron la enorme contradicción que hay entre un Gobierno que por una parte apoya el precio fijo del libro y que por la otra permite que se vulnere. López Lamadrid afirmó: "Desde el punto de vista de un editor pequeño o mediano, nos extraña mucho la pasividad del Ministerio de Cultura ante los asuntos tan graves que están ocurriendo en el mundo del libro. Los descuentos en los libros de texto han llegado a tal punto que ya no pueden competir las librerías pequeñas y medianas ante los grandes centros. Otro tema que nos preocupa muchísimo es que se está publicando una colección de bolsillo que incumple claramente la ley del precio fijo, y no pasa nada".

Ya en la pasada Feria del Libro se pudo observar la enorme preocupación que existe en el sector editorial, que se plasmó en el manifiesto Por el libro, por las librerías y por una educación de calidad con libros, que firmaron las asociaciones de editores, de libreros, de distribuidores y de escritores, en el que pedían la intervención directa del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. "Han pasado 15 meses y el Gobierno no ha hecho absolutamente nada en materia del libro. Es la peor Administración que tenemos desde el año 1977 en lo que se refiere al apoyo del libro", afirmó López Lamadrid.

La colección a la que se refieren los editores es Byblos, de Ediciones B, que ha pasado de vender sus libros entre 8 y 9 euros a 5 euros, lo que ha sido denunciado por CEGAL. Otro tema que ha causado una honda preocupación es que El Corte Inglés, que hasta ahora había mantenido un alineamiento político con los libreros, ante la competencia de grandes superficies como Carrefour, ha decidido aplicar a partir de la próxima campaña escolar un descuento de hasta un 25% en los libros de texto. Los editores lo entienden pero consideran que de algún modo se ha producido un cambio importante.

"Se está viviendo un momento realmente duro y la crisis de las librerías es terrible ante la pasividad de la Administración, que es la que tiene que apoyar la diversidad cultural", añadió López Lamadrid.

A Cavallero lo que más le preocupa "es la falta de claridad respecto a la ley del precio fijo". "Por una parte, la apoyan y, por otra, permiten que haya editores que actúen al margen". Cavallero criticó la falta de actuación de la Administración. "Para el Ministerio de Cultura todo consiste en hacerse fotos con autores para lucirse, pero no se aborda el verdadero problema: ¿cuál es el modelo cultural que quieren para España? Si quieren que sea el del precio libre del libro que lo digan y los editores intentaremos adaptarnos. No se dan cuenta de que detrás de la fashion de posar con un autor hay toda una industria. Entre los próximos meses de septiembre y mayo van a cerrar muchas librerías y también pequeños distribuidores. La zona más afectada será el sur de España".

Cavallero se refiere a que en Andalucía ya se ha implantado la gratuidad del libro de texto, que, como afirmó Emiliano Martínez, "es muy respetable". "Estamos dispuestos a colaborar, pero no con cualquier sistema como el préstamo de libros de segunda mano, que va a llevar al abismo a las librerías".

"El sector editorial está sufriendo mucho con la falta de posición del Gobierno, que genera confusión", dijo Cavallero. "Los más débiles van a morir. Si el Gobierno quiere esto, que lo diga claramente. Yo, como empresario, no aguanto la hipocresía de que por una parte defiendan aparentemente el precio fijo de los libros y que por otra permitan que se rompa. Hay que ser coherente".

"Es muy curioso que seamos dos grandes empresas, como Random House Mondadori y Planeta, las que podemos tomarnos todo tipo de libertades con el precio fijo del libro, las que lo estamos defendiendo. Yo lo defino como el momento Dalí, porque es absolutamente surrealista. Puedo decir que en Random House Mondadori defendemos el precio fijo del libro porque creemos que con él gana el modelo cultural del país", afirmó Cavallero.

"Pedimos que el Gobierno diga lo que quiere, que nos explique cuál es su proyecto, si es que lo tiene, porque a estas alturas ya dudamos de que lo tenga", añadió el consejero delegado de Random House Mondadori.

El director general de Planeta, Jesús Badenes, destacó la contradicción aparente que se ha producido en este último año "entre el apoyo aparente y la inhibición del Ministerio de Cultura". "Hay una ley y no se cumple. Lo que pedimos es el arbitraje y una postura clara del Gobierno, porque el modelo cultural tiene grandes implicaciones en editores y distribuidores y también en los libreros, que son los que lo están pasando peor".

Ante esta "pasividad", hay dos reacciones posibles, dijo Badenes. "La profunda preocupación de los medianos y pequeños editores, y la perplejidad y el desconcierto que sentimos los grandes. No entendemos la aparente contradicción entre un ideario que favorece la pluralidad cultural y que por su pasividad no la lleva a término", concluyó Badenes.

Riccardo Cavallero, Antonio López Lamadrid y Jesús Badenes (de izquierda a derecha), en Santander.JOAQUÍN G. SASTRE
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