Marcial Pons llega al número 100 en su colección de obras de historia

Autores, amigos, profesores, libreros y lectores, encabezados por Miguel Artola, festejaron el jueves en la librería madrileña Marcial Pons Humanidades el título 100 de la colección de libros de historia. En ese cenáculo mítico de historiadores fundado en los años setenta nació hace seis años la idea de crear un sello de historia marcado por el rigor, la calidad y el pluralismo. El evidente hueco editorial quedó así lleno, incluso con algún éxito de ventas como el de España. Tres milenios de historia, de Antonio Domínguez Ortiz.

Marcial Pons fue un legendario y esmerado librero y...

Autores, amigos, profesores, libreros y lectores, encabezados por Miguel Artola, festejaron el jueves en la librería madrileña Marcial Pons Humanidades el título 100 de la colección de libros de historia. En ese cenáculo mítico de historiadores fundado en los años setenta nació hace seis años la idea de crear un sello de historia marcado por el rigor, la calidad y el pluralismo. El evidente hueco editorial quedó así lleno, incluso con algún éxito de ventas como el de España. Tres milenios de historia, de Antonio Domínguez Ortiz.

Marcial Pons fue un legendario y esmerado librero y editor que se especializó en vender y encargar obras y manuales de derecho en el Madrid de los años de plomo, a finales de los cuarenta, cuando muchos padres españoles con posibles sólo le pedían a la vida que sus hijos se hicieran abogados.

Su primera librería fue sinónimo de solidez desde 1948, y con la agonía de la censura y la llegada de la transición, Pons decidió dirigir su mirada hacia la que quizá fue la disciplina académica que mejor aniquiló el franquismo: las ciencias sociales.

Se abrió la librería Marcial Pons Humanidades en la plaza del Conde del Valle de Suchil, 8, y allí acudió, quizá con tanta avidez científica como conspiradora (no sólo compraban libros, también se hacían tertulias), la nueva generación de historiadores, sociólogos y politólogos destinada a desmontar los embustes de la historiografía oficial y a reescribir la memoria contemporánea y moderna del imperio español.

Dos décadas después, tras la creación hacia 1990 de las Ediciones Jurídicas y Sociales, los sucesores de Pons y 11 historiadores de prestigio decidieron dedicar un sello en exclusiva a la historia. Era 1998, con Carlos Pascual como consejero delegado, cuando se fundó Marcial Pons Historia, un proyecto "tímido al principio", pequeño pero plural, en cuyo consejo editorial conviven y debaten los catedráticos Antonio María Bernal, Pablo Fernández Albadalejo, Eloy Fernández Clemente, Santos Juliá, Juan Pablo Fusi, Manuel Pérez Ledesma, Ramón Parada, Borja de Riquer, Pedro Ruiz Torres y Ramón Villares, con Juan Pimentel como secretario.

"Éramos aprendices de editores y queríamos cubrir un panorama profesional especializado y riguroso, aunque con voluntad de apertura hacia un público amplio", recuerda Carlos Pascual. "Nuestra base era una obra sólida y de referencia, garantizada por la autoridad y solvencia de sus autores".

En agosto de 1999 apareció el primer libro: Así terminó la guerra de España, de Ángel Bahamonde y Javier Cervera. Un mes después, Un siglo de España: política y sociedad, de Santos Juliá; La cultura, de Juan Pablo Fusi, y La economía, de J. L. García Delgado y J. C. Jiménez.

Siguieron otros; el más sonoro, España. Tres milenios de historia, de Antonio Domínguez Ortiz, el gran éxito de la editorial, con más de 40.000 lectores. Y ahora, seis años después de publicar manuales, memorias y biografías, estudios sobre historia contemporánea y moderna, aparece el número 100: Los judíos en España, de Joseph Pérez, obra de divulgación sobre la presencia de lo judío y los judíos en la Península.

"En esta época de tanta novedad efímera y tantas publicaciones de superventas de obras de seudohistoria sensacionalista, que a veces son sólo simples plagios, creemos que todavía es posible editar un buen fondo de libros de historia, un catálogo duradero y plural que reúna a autores jóvenes y consagrados", concluye Lucía Blasco, la editora.