ALEMANIA | REFERÉNDUM EUROPEO | Reacciones en Europa

Schröder asegura que el resultado no acaba con el eje franco-alemán

Alemania fue ayer unánime en su pesar por el resultado del referéndum francés, que, por primera vez, dividió las posturas francesa y alemana en una cuestión vital de la UE. "Lo lamento", dijo ayer el canciller, Gerhard Schröder. "Ahora tenemos el deber común de ocuparnos de que el proceso de ratificación continúe", añadió. Schröder ya había asegurado la noche del domingo que no era "el fin de la alianza franco-alemana en y para Europa".

Los representantes de los partidos políticos alemanes lamentaron unánimemente el no francés, pero lo achacaron a diferentes causas. El ministro d...

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Alemania fue ayer unánime en su pesar por el resultado del referéndum francés, que, por primera vez, dividió las posturas francesa y alemana en una cuestión vital de la UE. "Lo lamento", dijo ayer el canciller, Gerhard Schröder. "Ahora tenemos el deber común de ocuparnos de que el proceso de ratificación continúe", añadió. Schröder ya había asegurado la noche del domingo que no era "el fin de la alianza franco-alemana en y para Europa".

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Los representantes de los partidos políticos alemanes lamentaron unánimemente el no francés, pero lo achacaron a diferentes causas. El ministro de Exteriores, el verde Joschka Fischer, responsabilizó a la política neoliberal europea de haber alarmado a los franceses. En particular, Fischer consideró decisiva la directiva de servicios elaborada por el ex comisario de Mercado Interior, Frits Bolkestein, partidaria de la liberalización y a la que Francia y Alemania se opusieron enérgicamente.

En la misma línea, el presidente de la Confederación Alemana de Sindicatos (DGB), Michael Sommer, valoró la respuesta francesa como un "llamamiento urgente para la renovación del modelo social europeo". Fischer no consideró buena idea "apostar por una repetición" de la consulta, pero se mostró partidario de que continúe el proceso de ratificación en los demás miembros de la UE.

Por su parte, la presidenta y candidata de la Unión Cristiano Demócrata (CDU) a las próximas elecciones, Angela Merkel, pidió "que se saquen las conclusiones correctas" y se tome en serio los temores de los ciudadanos europeos. No faltó en su partido, contrario a un ingreso de Turquía a la UE, quien vinculó el no francés a la posible entrada de este país.

Michael Glos, vicepresidente del grupo CDU/CSU en el Bundestag (Parlamento), responsabilizó a Schröder y a Fischer por forzar a Jacques Chirac a pronunciarse a favor del ingreso de Turquía a la Unión Europea. "Ellos fueron los que empujaron al presidente Chirac y luego a toda la Unión a iniciar [en octubre próximo] negociaciones con Turquía", declaró.

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La alta velocidad de la ampliación fue para el presidente del grupo parlamentario del partido liberal FDP, Wolfgang Gerhardt, la principal causa de la reticencia francesa. Una ampliación excesiva motivó, para el experto en política exterior y europea de la CDU en el Bundestag, Wolfgang Schäuble, el revés de los franceses. Europa se ha "estirado demasiado", dijo Schäuble en declaraciones a la radio Deutschlandfunk. Era previsible, añadió, "que una ampliación sin medida de la Unión Europea pondría en peligro la aprobación".

El 10 de junio, Chirac y Schröder mantendrán una reunión informal en Sète, en el sur de Francia, previa a la cumbre europea de Bruselas, prevista para el 16 y 17 de junio.

El canciller alemán, Gerhard Schröder (derecha), saluda al presidente de Israel, Moshe Katsav, ayer en Berlín.REUTERS

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