El Gobierno rebajará el impuesto de sociedades para atraer más capital extranjero

La expectación que reinaba en el auditorio de La Caixa, con más de mil invitados, se centraba en la reforma del modelo de financiación autonómica que empieza a esbozar el Gobierno. Y así quedó clara en la alusión directa a la cuestión que lanzó a José Luis Rodríguez Zapatero el anfitrión del acto, Ricard Fornesa. Frente a un público empresarial que pide concreción a las prometidas reformas fiscales, el presidente enfatizó que cumplirá con su promesa de rebajar el impuesto de sociedades para "alinearlo con el de los países más atractivos para la inversión extranjera".

Pero, al margen de ...

La expectación que reinaba en el auditorio de La Caixa, con más de mil invitados, se centraba en la reforma del modelo de financiación autonómica que empieza a esbozar el Gobierno. Y así quedó clara en la alusión directa a la cuestión que lanzó a José Luis Rodríguez Zapatero el anfitrión del acto, Ricard Fornesa. Frente a un público empresarial que pide concreción a las prometidas reformas fiscales, el presidente enfatizó que cumplirá con su promesa de rebajar el impuesto de sociedades para "alinearlo con el de los países más atractivos para la inversión extranjera".

Pero, al margen de los conciliadores principios generales que el presidente expuso a empresarios y políticos catalanes -con el presidente catalán, Pasqual Maragall, y medio Ejecutivo autónomo en las primeras filas-, el mensaje del presidente en Barcelona fue un mensaje de optimismo sobre la marcha de la economía española, que, avanzó, cerrará el primer trimestre del año "varias décimas por encima del 3%".

Sobre la reforma del impuesto de sociedades, que grava los beneficios de las empresas, se sitúa en el 35% en España, pero Alemania acaba de anunciar que bajará el suyo del 25% al 19%, también con la idea de aumentar el atractivo del país para los inversores. Otros socios europeos como Irlanda se han convertido en imán de multinacionales jugando con una fiscalidad reducida sobre los beneficios empresariales, con un tipo cercano al 12,5% desde enero del 2003 y del 10% de forma temporal para empresas extranjeras ya instaladas en el país. Por no hablar de la igualmente atractiva fiscalidad de los nuevos Estados miembros de la Europa comunitaria.

Zapatero no dejó de aludir a la caída del flujo de inversión foránea directa que España sufrió en 2004, del 47%, y argumentó con vehemencia que España cuenta con uno de los tipos del impuesto de sociedades más elevados de los países desarrollados, y que "no ha sido modificado en los últimos 20 años". La reforma se plasmará "a lo largo de la legislatura".

Hace cosa de un mes, el propio presidente aseguró que bajaría el tipo de este impuesto, como vienen reclamando los empresarios, sin ofrecer más detalles. Hacienda aclaró entonces que los estudios para ello estaban aún en fase muy preliminar, y que la prioridad se centraba en reformar el IRPF.

El programa del PSOE prometía simplificar la maraña de deducciones actuales y rebajar el tipo, del 35%. Algunos foros empresariales han criticado, sin estridencias, la incertidumbre al respecto.