Análisis:EL DEBATE SOBRE EL ESTADO DE LA NACIÓN

Entre la desestabilización y la vuelta al pacto

"Sólo nos une el dolor de los muertos", dijo ayer por la mañana el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en referencia al PP, en su intervención en el Congreso, tras el desencuentro de la víspera, en que Mariano Rajoy aseguró que no apoyaría al Ejecutivo en la lucha antiterrorista. Pero finalizó su intervención, a las 20.30, con un llamamiento al entendimiento con Rajoy y el compromiso de olvidar las duras descalificaciones que le dirigió.

Zapatero, según señalan en su entorno, cree que el PP se ha instalado en las últimas semanas, desde que anunció posibilidades de paz...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

"Sólo nos une el dolor de los muertos", dijo ayer por la mañana el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en referencia al PP, en su intervención en el Congreso, tras el desencuentro de la víspera, en que Mariano Rajoy aseguró que no apoyaría al Ejecutivo en la lucha antiterrorista. Pero finalizó su intervención, a las 20.30, con un llamamiento al entendimiento con Rajoy y el compromiso de olvidar las duras descalificaciones que le dirigió.

Zapatero, según señalan en su entorno, cree que el PP se ha instalado en las últimas semanas, desde que anunció posibilidades de paz en Euskadi, en la "estrategia del 93", la de desestabilización del último Gobierno de Felipe González, que los populares, encabezados por José María Aznar, pilotaron y que tan buenos réditos electorales les dio en marzo de 1996. En esa estrategia, el PP de Aznar no se privó de utilizar la lucha antiterrorista como instrumento para echar al Gobierno terminal de González, con la responsabilización de atentados terroristas, incluso, al entonces presidente.

Más información

El primer aviso serio de esa estrategia, que rememoraba la del 93, lo tuvo el Gobierno socialista hace tres semanas, cuando Mariano Rajoy se negó a participar en una reunión del Pacto Antiterrorista a la que le había convocado Zapatero y la condicionó a que el Ejecutivo socialista promoviera la ilegalización del Partido Comunista de las Tierras Vascas (EHAK).

Este rechazo inédito de Rajoy a participar en el Pacto Antiterrorista vino acompañado de otra decisión, también inédita, desde que PP y PSOE firmaron dicho pacto, en diciembre de 2000: utilizar la sesión de control del Congreso de los miércoles para interpelar al Gobierno sobre cuestiones relacionados con el terrorismo. Rajoy lo hizo dos veces y en ambas sesiones preguntó a Zapatero sobre la ilegalización de EHAK.

Tras la reunión de Zapatero y el lehendakari, Juan José Ibarretxe, el pasado jueves en La Moncloa, los dirigentes del PP acusaron al presidente del Gobierno de negociar en secreto con ETA y de abandonar la voluntad de derrotar a la banda terrorista. Fue éste el tercer aviso para el Gobierno de la decisión del PP de regresar a la estrategia de desestabilización del 93 y, el cuarto, la intervención de Rajoy el miércoles, en el Congreso, donde llegó a acusar a Zapatero de "traicionar a los muertos" de ETA y "revigorizar una ETA moribunda". El colofón fue el rechazo explícito de Rajoy a apoyar al Gobierno en la lucha contra el terrorismo.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

En el Gobierno y en el PSOE hay división de opiniones entre quienes creen que el PP ya se ha consolidado en la estrategia de la desestabilización y quienes estiman que aún hay posibilidades de un regreso de los populares de Rajoy a la moderación y al consenso en la lucha antiterrorista.

El entorno más próximo a Zapatero cree que, una vez celebradas las elecciones gallegas del próximo 19 de junio, aún hay posibilidades de que Rajoy encabece una reflexión en el PP y cambie la orientación de su línea actual si los resultados de esos comicios les son adversos y pierden el Gobierno de la Xunta. Aboga a favor de esa tesis del entorno de Zapatero su convicción de que la política de desestabilización del PP, en estas semanas, le aleja de su electorado moderado y de sus expectativas de poder.

Con el horizonte de un cambio de orientación en el PP en las próximas semanas, el presidente del Gobierno no cierra la posibilidad del entendimiento con Rajoy. El pasado viernes, en una breve conversación telefónica, Zapatero le emplazó a reunirse una vez pasadas las elecciones gallegas.

El entorno de Zapatero sabe que necesita al PP para llevar adelante un proceso del fin de la violencia en Euskadi si es que termina por cuajar. El Gobierno reconoce los grandes obstáculos que el PP puede interponer al proceso, especialmente con las víctimas del terrorismo y sus familias, si el partido de Rajoy se decida por utilizar el terrorismo, o cualquier intento de conversación con la banda, de forma partidista en contra del Ejecutivo.

En esas condiciones, el Gobierno pretende, en todas sus iniciativas sobre la lucha contra el terrorismo, contar con el PP. La primera prueba será la resolución tradicional que, tras el debate sobre el estado de la nación, propiciará el Gobierno contra el terrorismo.

Las fuentes consultadas aseguran que la propuesta socialista será "genérica, de modo que el PP no pueda poner obstáculos" a su suscripción. Zapatero, ayer mismo, en el hemiciclo, no sólo dijo que mantenía el Pacto Antiterrorista, sino que rechazó la propuesta de sus socios parlamentarios, como IU-IC, por la que le invitaron a promover un nuevo Pacto Antiterrorista.

Los dirigentes del PP Ángel Acebes, Mariano Rajoy y Eduardo Zaplana salen del Congreso al final de la mañana.R. GUTIÉRREZ

Archivado En