Análisis:

Mater modernísima

Aunque no se materializará hasta dentro de dos años, sobre la clínica Dexeus cuelga desde anteayer un cartel de Núñez y Navarro. La transacción pone fin a un retazo de historia de la ciudad que comenzó en 1935, cuando Santiago Dexeus Font revolucionó la ginecología con la apertura, en la avenida del Tibidabo, de la clínica Mater, la primera maternidad privada de España. Cinco años más tarde fundó la Escuela de Ginecología y Obstetricia, que dejó en la ciudad una larga estela de discípulos, entre ellos los dos hijos del fundador, Josep Maria y Santiago. Al jubilarse el padre en 1967, los hijos ...

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Aunque no se materializará hasta dentro de dos años, sobre la clínica Dexeus cuelga desde anteayer un cartel de Núñez y Navarro. La transacción pone fin a un retazo de historia de la ciudad que comenzó en 1935, cuando Santiago Dexeus Font revolucionó la ginecología con la apertura, en la avenida del Tibidabo, de la clínica Mater, la primera maternidad privada de España. Cinco años más tarde fundó la Escuela de Ginecología y Obstetricia, que dejó en la ciudad una larga estela de discípulos, entre ellos los dos hijos del fundador, Josep Maria y Santiago. Al jubilarse el padre en 1967, los hijos decidieron dar un salto con la construcción de una nueva clínica, en el paseo de la Bonanova, mucho más grande y moderna. Cuando se cerró la clínica Mater, en 1973, había alumbrado a más de 14.000 niños. Le sucedió una moderna clínica privada con alma de pública: la nueva Dexeus se estructuró en servicios, adoptó un cuerpo facultativo jerarquizado y estableció convenios con la Universidad Autonóma, lo que le ha valido un prestigio indiscutido. Y ha sabido combinar el rigor científico con la ruptura de las esclerosadas barreras ideológicas que ataban el cuerpo de las mujeres. En Dexeus se prescribieron los primeros anticonceptivos, allí nacieron los primeros bebés probeta y en ella tienen ahora hijos las parejas de lesbianas. A mediados de los noventa vivió un agitado paréntesis al ser comprada por la mutua Previasa, pero la operación duró el tiempo que tardaron los médicos en montar una rebelión en toda regla. Tras varias peripecias más, finalmente pasó a ser propiedad de la norteamericana USP, que ha sabido respetar el capital médico fundacional. Pero últimamente andaba ya muy apretada, había colonizado gran número de bajos y sótanos de los alrededores, y necesitaba un nuevo salto. Para poder seguir siendo una Mater modernísima.

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