Dos horas de conversación intraducible

Pedro Almodóvar tiene sus galardones en las oficinas de su productora, El Deseo, en Madrid. Sólo faltan sus dos oscars, que guarda en un espacio más personal, el despacho de su casa, junto a un cuadro de su madre y una foto junto a Lauren Bacall. Pero del homenaje que le rindió el lunes el Festival del Instituto Americano del Cine sólo se llevó palabras. No hubo premio material más allá de una larga conversación de más de dos horas y en la que el crítico Pete Hammond fue portavoz del deseo del público de saber más del que llaman el "autor ibérico", un término que casi suena a jamón.
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Pedro Almodóvar tiene sus galardones en las oficinas de su productora, El Deseo, en Madrid. Sólo faltan sus dos oscars, que guarda en un espacio más personal, el despacho de su casa, junto a un cuadro de su madre y una foto junto a Lauren Bacall. Pero del homenaje que le rindió el lunes el Festival del Instituto Americano del Cine sólo se llevó palabras. No hubo premio material más allá de una larga conversación de más de dos horas y en la que el crítico Pete Hammond fue portavoz del deseo del público de saber más del que llaman el "autor ibérico", un término que casi suena a jamón.

A Pedro le pudo fallar el inglés, pero no le faltaron las anécdotas o las ganas de explicar el origen de sus películas. Más difícil se lo puso a Javier Giner, de El Deseo, encargado de traducir una velada intraducible. ¿Cómo explicas lo que fue la movida madrileña, el lugar de la revista El Víbora en la cultura española o qué es la democracia cristiana, en inglés y en el corazón de un Hollywood donde está prohibido fumar hasta en las discotecas?

Almodóvar trató todos los temas minuciosamente a medida que desgranó los 15 títulos de su filmografía. Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón y Laberinto de pasiones fueron un "milagro divino", realizadas a base de limosnas y gracias "a la luz natural que Dios nos da", porque no había dinero. Y Entre tinieblas, una revelación, "porque si una película tiene dos o tres defectos, es defectuosa, pero si tiene más de cien, es parte de su estilo". Las risas del público llegaron en oleadas, primero las de los que entendían español y luego las de los que esperaban a la traducción, menos cuando Almodóvar se lanzaba al ruedo del inglés para dejar las cosas más claras.

Elecciones americanas

No todo fue humor y también hubo grandes aplausos cuando habló de la falta de miedo que hay en España desde la muerte de Franco, del talento que vio en estrellas como Antonio Banderas, Carmen Maura o Javier Bardem, o de la decadencia del cine estadounidense, "donde cada vez veo menos películas que me interesan".

Almodóvar también ha vivido estos días la celebración de unas elecciones históricas en EE UU, un tema que no ha podido ni ha querido evitar. "Creo que es un mal momento para todo el mundo, aunque no sean ni directores, ni gays, ni españoles. Eso es lo malo", respondió describiendo a Bush como uno de los grandes peligros para todo el mundo. Unos comentarios que en una California demócrata se han ganado los mismos aplausos que sus películas. Como resumió el moderador de este homenaje dialogado, Almodóvar logró de nuevo superar las barreras lingüísticas o culturales. "Yo no hablo español, pero tras esta noche creo que he aprendido a entenderlo", reconoció Pete Hammond al final de la velada.

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