La Feria de Francfort ofrece una gran oportunidad para lanzar la literatura árabe

El certamen se abre hoy, con 6.700 expositores de 111 países y cerca de 350.000 libros

La Feria del Libro, que inaugura esta tarde el canciller federal alemán, Gerhard Schröder, en Francfort, con el mundo árabe como invitado especial, ofrece una oportunidad excepcional para la promoción en Europa de la literatura casi desconocida de esos países. Al mismo tiempo, el tema central de esta feria ha desencadenado ya en Alemania una amplia discusión intelectual sobre las relaciones entre Occidente y un Oriente más o menos exótico, la posibilidad de superar los estereotipos al uso o las diferencias entre los árabes y el islamismo.

La feria que hoy se inaugura, mañana abre sus pu...

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La Feria del Libro, que inaugura esta tarde el canciller federal alemán, Gerhard Schröder, en Francfort, con el mundo árabe como invitado especial, ofrece una oportunidad excepcional para la promoción en Europa de la literatura casi desconocida de esos países. Al mismo tiempo, el tema central de esta feria ha desencadenado ya en Alemania una amplia discusión intelectual sobre las relaciones entre Occidente y un Oriente más o menos exótico, la posibilidad de superar los estereotipos al uso o las diferencias entre los árabes y el islamismo.

La feria que hoy se inaugura, mañana abre sus puertas a los editores y prensa y el fin de semana al público, cuenta con la presencia de 6.700 expositores de 111 países que se esparcen por una superficie de 170.000 metros cuadrados. Se exponen 350.000 libros, CD, tebeos y toda la parafernalia relacionada con la edición. El número de visitantes se estima en 180.000, entre los especializados que acceden los tres primeros días, a los que se añaden otros 100.000 del público aficionado a ese vicio tan antiguo de leer. La entrada cuesta nueve euros, pero los estudiantes tienen un precio reducido de 3,50 euros.

El anuncio de la feria lo dice casi todo: "Occidente encuentra el Oriente. Invitado de honor: el mundo árabe" y un texto con un llamamiento a los visitantes: "Descubra un mundo fascinante: más de 200 autores, unas 160 lecturas, actos, exposiciones y las películas árabes galardonadas". El toque exótico subyace en el anuncio. Los suplementos especiales dedicados a la feria de los dos semanarios de más prestigio en Alemania no se recatan en su presentación. El de Die Zeit aparece con una portada a toda página con la reproducción de una alfombra oriental. Las 150 páginas de Der Spiegel se presentan con una imagen que recoge de forma casi palpable todos los típicos tópicos: un sultán gordo y con turbante tumbado en un sofá, rodeado de un par de bailarinas de la danza del vientre y acariciado por otra mujer tendida a su lado. Todo ello bajo el título El mito del Oriente. Fantasía y realidad en la literatura.

El contenido de ambos suplementos recoge buena parte del debate intelectual provocado por esta Feria del Libro de Francfort con toda una serie de artículos, entrevistas y recensiones relacionados con el tema central. En la primera frase que introduce el suplemento reconoce Der Spiegel las dificultades de la tarea: "El tema central de la Feria del Libro de Francfort fomentará el intercambio entre el mundo árabe y la cultura europea. No obstante, en el camino hacia ese objetivo habrá que superar enormes obstáculos".

Los problemas empezaron con los países invitados. La feria se dirigió a la Liga Árabe, pero cinco países se descolgaron desde un principio. Irak tiene otras preocupaciones, si bien es verdad que no impidieron la participación y buena actuación de su selección nacional de fútbol en los Juegos Olímpicos de Atenas. Marruecos y Argelia estarán presentes en la feria, pero no bajo el pabellón conjunto de la Liga Árabe, que consideran controlada por Egipto. Kuwait y Libia no acuden y alegan motivos económicos para su ausencia, lo que plantea la pregunta sobre el destino de los abundantes ingresos petroleros y si no habría estado bien destinar unas migajas a la difusión de la cultura.

Unas cifras revelan el carácter ignoto y exótico de la literatura del llamado mundo árabe en Alemania. De los 125.000 títulos que se ofrecen hoy día en el mercado, de los que un 40% son traducciones, sólo un 0,3% procede del mundo árabe. En Alemania se pueden adquirir en estos momentos traducidas al alemán 150 obras. Der Spiegel entrevista a Lucien Leitness, un editor suizo que en Zúrich lleva años especializado en esa literatura. Explica Leitness el origen de su editorial, un típico producto de la rebelión del 68 creada al rebufo del internacionalismo, que era una idea de moda en aquellos tiempos. El primer autor que editaron fue en 1979 el kurdo turco Yasar Kemal, galardonado en 1997 con el Premio de la Paz de los libreros alemanes. El mismo premio que recibe el próximo domingo Peter Esterhazy.

Uno de los elementos llamativos relacionados con la feria de este año es la nueva versión en alemán de Las mil y una noches realizada por la arabista Claudia Ott. Sostiene Ott que la versión al uso de la obra clásica está plagada de elementos espurios introducidos por su traductor al francés en 1701, el diplomático Antoine Galland. En la nueva versión desaparecen figuras tan emblemáticas como Simbad el marino, Aladino y la lámpara maravillosa y Alí Babá y los 40 ladrones.

Autobús público en las calles de Francfort con un cartel anunciando una exposición del fotógrafo egipcio Hassan Khan.AP
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