La Generalitat conocía desde 1996 la alta contaminación de los lodos del Ebro

El Ministerio de Medio Ambiente considera que el riesgo para la población es "mínimo"

La Generalitat de Cataluña conocía desde 1996 que las 300.000 toneladas de lodos acumulados en el pantano de Flix (Tarragona) por los vertidos de la empresa Erkimia en el río Ebro contenían elevadas concentraciones de metales pesados y sustancias organocloradas tóxicas para la salud. A pesar de este primer informe del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, el Gobierno catalán tardó tres años en ordenar la elaboración de un estudio definitivo, cuyos resultados han trascendido esta semana y confirmado la presencia de casi 70 toneladas de metales pesados.

El investigador del CSIC...

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La Generalitat de Cataluña conocía desde 1996 que las 300.000 toneladas de lodos acumulados en el pantano de Flix (Tarragona) por los vertidos de la empresa Erkimia en el río Ebro contenían elevadas concentraciones de metales pesados y sustancias organocloradas tóxicas para la salud. A pesar de este primer informe del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, el Gobierno catalán tardó tres años en ordenar la elaboración de un estudio definitivo, cuyos resultados han trascendido esta semana y confirmado la presencia de casi 70 toneladas de metales pesados.

El investigador del CSIC y coautor del estudio Albert Palanques dijo ayer que desde 1996 "se sabía que había un grave problema de contaminación" en el pantano de Flix (Tarragona) pero que hasta que no se elaboró el segundo estudio, tres años más tarde, no se conocieron los datos que ahora han trascendido y que cifran la acumulación de residuos tóxicos entre 200.000 y 360.000 toneladas. Forman parte de este material acumulado en el fondo del pantano y en una de sus orillas entre 10 y 18 toneladas de mercurio y entre 60 y 70 toneladas de otros metales pesados.

Hasta 2003, y pese a que la Generalitat tomó precauciones para detectar cualquier contaminación del agua del río, no hubo ninguna actuación para eliminar o tratar este inmenso depósito de residuos.

Ahora, con los resultados del nuevo informe en la mano, la Generalitat trasladará toda la documentación que ha recabado sobre los vertidos tóxicos que durante décadas se han acumulado en el pantano de Flix provenientes de la planta industrial de Ercros. Sin embargo, el consejero de Medio Ambiente del Gobierno catalán, Salvador Milà (ICV), señaló que las responsabilidades de este asunto son "compartidas" entre las administraciones y Ercros, propietaria de Erkimia. Esta empresa defendió ayer su actividad con un comunicado en el que también aseguraba que la presencia de estos peligrosos contaminantes "es un hecho conocido por las diversas administraciones y la empresa". Las acciones de la empresa perdieron ayer un 3,13% de su valor en bolsa.

El alcalde de Flix, Pere Muñoz (ERC), también dejó claro que la administración local conocía la peligrosa situación al afirmar que los residuos radioactivos presentes en el pantano que bordea la población "tienen una antigüedad de 20 años" y que actualmente la empresa ya no vierte directamente al río. Fuentes del Gobierno catalán admitieron que la Administración ha actuado con "falta de rigor".

El secretario general de Territorio y Biodiversidad del Ministerio de Medio Ambiente, Antonio Serrano, afirmó ayer que se tiene conocimiento oficial del vertido ilegal "al menos desde hace cuatro años", informa Antonio Fraguas. En la reforma del Plan Hidrológico Nacional que el Gobierno realizó el pasado junio, se destinan 104,4 millones de euros a eliminar estos residuos. El Ministerio espera hallar una solución definitiva al problema "antes de 2008".

Medio Ambiente admitió que los contaminantes acumulados a lo largo de los últimos 100 años son "tremendamente peligrosos", pero aseguró que el riesgo para la población es "mínimo", dada la situación "estable" del vertido. El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) informó de que los compuestos radiactivos del vertido son de origen natural, no entrañan peligro y no llegan a los límites que obligan a las empresas a comunicar su existencia. El CSN ya analizó la zona en 1993 y encontró que el radio, el plomo y el uranio radiactivos hallados no llegan a la barrera de los 10.000 becquerelios por kilo, cifra a partir de la cual "conviene tener el vertido controlado", según el Consejo. El uranio del embalse ronda los 9.000 becquerelios.

Instalaciones de la empresa de Ercros, en Flix, con una tubería de vertido al río Ebro.EFE

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