La Complutense rinde un homenaje a Manuel Vázquez Montalbán

La Universidad Complutense rindió ayer un homenaje al escritor Manuel Vázquez Montalbán, fallecido a los 64 años de un ataque al corazón en el aeropuerto de Bangkok el pasado octubre. Hasta El Escorial, donde esta Universidad organiza sus Cursos de Verano, vino su mujer, Anna Sallés, para hablar de Manolo: "Era timidísimo con las mujeres, tanto que me pareció un antipático cuando le conocí con 18 años".

También estaban su amigo Eduardo Haro Tecglen, que recordó las comilonas que se daban ("¡después de una fabada me preguntaba que por qué no nos comíamos un cocido!"); el militante histór...

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La Universidad Complutense rindió ayer un homenaje al escritor Manuel Vázquez Montalbán, fallecido a los 64 años de un ataque al corazón en el aeropuerto de Bangkok el pasado octubre. Hasta El Escorial, donde esta Universidad organiza sus Cursos de Verano, vino su mujer, Anna Sallés, para hablar de Manolo: "Era timidísimo con las mujeres, tanto que me pareció un antipático cuando le conocí con 18 años".

También estaban su amigo Eduardo Haro Tecglen, que recordó las comilonas que se daban ("¡después de una fabada me preguntaba que por qué no nos comíamos un cocido!"); el militante histórico del partido comunista Miguel Núñez, que disertó sobre su lado más político; la poeta Fany Rubio, que lo hizo sobre su poesía, y la periodista Rosa Mora, de su trabajo y sus artículos en este periódico.

"Sí, era muy tímido, pero cuando hablaba en las asambleas antifranquistas en la universidad era otra persona, se transformaba. Me cautivó enseguida. Era muy inteligente. Aunque reconozco que fui yo la que le tuvo que lanzar los tejos", añade su mujer. Después recordó cómo su marido había asumido el papel de cocinillas en casa. "Se ponía a cocinar desde las ocho de la mañana, y yo le decía: 'Manolo a estas horas no me apetece nada el olor a lentejas". Estuvieron 40 años casados y tuvieron un hijo, Daniel.

Revista 'Triunfo'

Haro Tecglen recordó a su amigo desde que se conocieron en la revista Triunfo. Recién nombrado Haro subdirector de la revista, el director le puso un montón de manuscritos sobre la mesa y le dijo que les echase un vistazo. Entre ellos estaba Crónica sentimental de España. "La había escrito con menos de 30 años, pero no había nada que tocar. Era una auténtica obra de arte". El libro se publicó por entregas, pero fue tal el éxito del primer capítulo que la revista decidió dividirlo para prolongar la vida de la publicación.

También Rosa Mora habló sobre su faceta como articulista. "Era una de nuestras víctimas predilectas. Le podías pedir cualquier encargo, que él lo hacía. Era tremendamente generoso y eficaz".

Su compañero de partido Miguel Nuñez alabó su espíritu de lucha. "Manolo solía decir que cada generación genera una musculatura para hacer frente a los tiempos que le ha tocado vivir. Y él era una claro ejemplo de cómo ejercitar esa musculatura". Fany Rubio recordó la palabra poética del escritor, en la que decía se encerraba "la palabra del vencido, un instrumento para conocer nuestra propia realidad". "Su preocupación metaliteraria le hacía romper la prosa. Era asombrosa, además, su capacidad para crear personajes", añadió.

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