LA INVESTIGACIÓN DEL 11-M

Un agente habló tres veces con un implicado en la venta de explosivos días antes del 11-M

El confidente Zouhier avisó en enero de 2003 de que en Asturias se vendían 150 kilos de Goma 2

Rafá Zouhier, confidente de la Guardia Civil y encarcelado por su implicación en la venta de explosivos empleados en los atentados del 11-M, habló en tres ocasiones con un miembro del instituto armado en la semana previa a la matanza y se reunió con varios agentes en las tres noches posteriores. Así lo reveló ayer en la comisión de investigación del Congreso el jefe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, el coronel Félix Hernando, quien insistió, sin embargo, en que Zouhier no dijo una palabra sobre los atentados de Madrid hasta el 16 de marzo.

Hernando leyó ante los ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Rafá Zouhier, confidente de la Guardia Civil y encarcelado por su implicación en la venta de explosivos empleados en los atentados del 11-M, habló en tres ocasiones con un miembro del instituto armado en la semana previa a la matanza y se reunió con varios agentes en las tres noches posteriores. Así lo reveló ayer en la comisión de investigación del Congreso el jefe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, el coronel Félix Hernando, quien insistió, sin embargo, en que Zouhier no dijo una palabra sobre los atentados de Madrid hasta el 16 de marzo.

Más información

Hernando leyó ante los diputados la factura del móvil del agente Víctor, el "controlador" de Zouhier, correspondiente a marzo, en la que consta que telefoneó 16 veces a su confidente hasta su detención, el día 19. Ambos hablaron el 4, el 9 y el 10 de marzo, víspera de los atentados. Según Hernando, las llamadas tenían por objeto fijar una cita, pues los agentes querían pedirle datos sobre una red de falsificación de tarjetas y localizar a un skin head relacionado con locales de copas y buscado por la comandancia de Barcelona.

Los agentes de la UCO estuvieron con Zouhier las noches del 12, 13 y 14, que dedicaron a recorrer zonas de ocio nocturno de la capital a la busca del ultraderechista. En ningún momento, según el jefe de la unidad, el marroquí hizo más que comentarios de condena sobre el 11-M. Hernando se mostró convencido de que éste no era consciente de que la venta de explosivos, en la que participó, tuviera relación con los ataques contra los trenes, pues de otra forma habría huido.

Fue el día 16 cuando Zouhier, muy asustado, llamó a su "controlador" para decirle que había reconocido en televisión a uno de los detenidos por el 11-M; en concreto, a Jamal Ahmidan, El Chino. El agente Víctor elaboró tres notas, fechadas los días 16, 17 y 18, con los datos aportados por el marroquí, que fueron entregadas al entonces responsable de Información. Pero no fue la información de la Guardia Civil la que condujo a la detención del confidente, sino la aportada por la policía de Alcalá de Henares, que tenía pinchado el teléfono de Zouhier en el marco de unas diligencias sobre tráfico de drogas, e interceptó el 17 de marzo una conversación entre éste y su "controlador" sobre el 11-M.

La policía pidió a la Guardia Civil que detuviera a su confidente. El arresto lo realizó el propio agente Víctor, junto a miembros de la Unidad de Información Exterior.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Goma 2 enterrada

Hernando reveló ayer cuál fue el contenido exacto del aviso que dio Zouhier en enero de 2003 sobre la existencia de un mercado negro de explosivos en Asturias: "Que tenía información que apuntaba a la existencia de una persona que residía en Avilés, conocida como Emilio

[se refiere a José Emilio Suárez Trashorras, confidente de la policía], el cual estaba buscando personas que quisieran adquirir Goma 2, de la que tenía noticias de que podía poseer 150 kilos, enterrados en algún lugar próximo a Oviedo. Parece ser que la Goma 2 la habría podido sustraer de un depósito de explosivos en el que trabajó como encargado o vigilante".

El jefe de la UCO reconoció que fue la importante cantidad de explosivos -"no es precisamente un trapicheo", le dijo al portavoz de IU, Gaspar Llamazares- la que le impulsó a enviar un equipo a Avilés acompañado de Zouhier, quien les señaló la fuente de su información: Antonio Toro, cuñado de Trashorras. El marroquí les entregó incluso una muestra de explosivo en un frasco, que resultó ser dinamita muy vieja y en mal estado, por lo que se destruyó tras analizarla. Las indagaciones de la UCO se plasmaron en un informe de fecha 27 de febrero de 2003 que fue enviado al coronel jefe de la Guardia Civil en Asturias. Hernando insistió ayer en que no hubo ninguna pista que apuntase al terrorismo y que, al tratarse de una presunta trama de tráfico de dinamita limitada a una comunidad autónoma, el protocolo interno de la Guardia Civil atribuía la competencia de la investigación al jefe de zona. A partir de entonces, la UCO se desentendió del asunto, según Hernando, pues Zouhier no aportó ningún nuevo dato, aunque se le siguió preguntando al respecto.

Por su parte, el ex subdirector general operativo, el general Vicente Faustino Pellicer, explicó ayer en el Congreso que un equipo de la Guardia Civil de Asturias se encargó de vigilar a varios implicados en el mercado negro de explosivos. Sin embargo, consultado verbalmente el fiscal de Avilés, éste se pronunció en contra de autorizar intervenciones telefónicas y registros, por lo que la investigación fue languideciendo, sin que el general precisara cuándo se abandonó.

Sobre la firma

Archivado En