ANSELM AUDLEY | Escritor | 63ª FERIA DEL LIBRO DE MADRID

"Tolkien sólo me ha dado la idea de crear un mundo complejo"

Poderes enfrentados, magos que dominan diferentes elementos, un joven que emprende una aventura iniciática...; nada hay de muy sorprendente en la novela de género fantástico Herejía (Minotauro / Círculo de Lectores), a excepción de su notable calidad y del hecho de que su autor la escribió ¡a los 16 años!, siendo escolar y cantor de coro de iglesia.

El británico Anselm Audley, nacido en 1982, es un caso extraordinario de precocidad en el panorama literario: Herejía, su primera novela, una extensa y emocionante fantasía sobre un mundo acuático dominado por una celosa religi...

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Poderes enfrentados, magos que dominan diferentes elementos, un joven que emprende una aventura iniciática...; nada hay de muy sorprendente en la novela de género fantástico Herejía (Minotauro / Círculo de Lectores), a excepción de su notable calidad y del hecho de que su autor la escribió ¡a los 16 años!, siendo escolar y cantor de coro de iglesia.

El británico Anselm Audley, nacido en 1982, es un caso extraordinario de precocidad en el panorama literario: Herejía, su primera novela, una extensa y emocionante fantasía sobre un mundo acuático dominado por una celosa religión única con sacerdotes fanáticos y guerreros, fue adquirida en 2000 por los editores Simon and Schuster por más de 75.500 euros, que incluían la escritura de dos secuelas (la trilogía ya ha sido completada con los títulos Inquisición y Cruzada, que se publicarán también en castellano). La obra ha conseguido un apreciable éxito de crítica y público (más de 250.000 ejemplares vendidos) y logrado que le cuelguen al autor la etiqueta promocional de "el nuevo Tolkien", nada menos. "Tolkien, del que soy un gran admirador, sólo me ha dado la idea de crear un mundo complejo", matiza él.

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Audley, que sigue teniendo aspecto de adolescente retraído, aunque el martes cumplió 22 años, se encuentra en Barcelona para hablar de su novela, cosa que hace cohibido aunque mostrando ramalazos de entusiasmo. El joven novelista acepta de entrada que su mundo debe mucho más al Dune de Frank Herbert que a la Tierra Media de Tolkien: "Sí, he leído Dune y todas sus continuaciones. Soy un gran fan de Dune y reconozco las influencias en mi trilogía. Hay muchos paralelismos entre el planeta Dune y mi planeta Aquasilva".

Aquasilva es un mundo tan cubierto de agua como Dune lo estaba de arena, con tremendas tormentas y una serie de familias que dominan cada una sobre distintas islas y archipiélagos, mientras que el planeta está globalmente regido por una especie de teocracia alerta ante cualquier disidencia religiosa. "Siempre me ha fascinado el mar", dice Audley que, tras estudiar Historia Medieval y Moderna en Oxford, cursará un doctorado sobre arquitectura histórica en EE UU, donde espera poder iniciarse en la vela, "algo no muy seductor en el invierno inglés".

El mundo de Aquasilva, con magia y tecnología (hay unos estupendos submarinos denominados "mantas"), parece un híbrido de ciencia-ficción y fantasía. "Así es, me interesan los dos géneros y los he mezclado", explica Audley. El protagonista se enfrenta a un poder religioso fanático. "Me impresionó mucho un viaje que hice al sur de Francia, a las antiguas tierras del catarismo. Nunca quise hacer una novela histórica, pero ese fenómeno y su represión fueron la verdadera gran inspiración de Herejía. Trasladé el tema a un mundo fantástico, lo que proporciona mucha más libertad". ¿Haber cantado de colegial en un coro le ha influido al retratar tan malos a los personajes eclesiásticos? "De mis experiencias dentro de la Iglesia salió parte de mi interés por la política de las religiones", dice con una sonrisa el escritor, que admite que su visión es negativa. ¿Alguna mala experiencia en el coro? "Ninguna en particular; sobre todo, aquello, verlo desde dentro, me hizo algo escéptico".

Sorprende la madurez y la coherencia de esa novela resultado de la imaginación de un chico de 16 años. "No sé cuál es el secreto, cómo pude hacerlo. Creo que tiene algo que ver con mis conocimientos históricos. Era muy consciente de que si creaba un mundo, éste debía tener una lógica histórica interna". Pese a la madurez, algún asunto, como el sexo, resulta un pelín ingenuo. Audley mira a la moqueta. "Sí, inevitablemente, al leerlo ahora veo inocencia ahí. Estoy en un proceso de aprendizaje. En mis próximos libros, aspectos como ése serán más reales".

Anselm Audley, retratado en Barcelona.JUAN GUERRERO
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