Aznar, como caricatura del pasado

La nueva posición del Gobierno español de apoyo sin paliativos al concepto de excepción cultural o diversidad cultural es acogida por Francia como la restitución del agravio al que le sometió José María Aznar. Tras mantener ayer su primera reunión con Carmen Calvo, el ministro francés de Cultura, Renaud Donnedieu, afirmó satisfecho: "Estamos encantados de confirmar que esa idea de que la excepción cultural es propia de culturas en declive no es más que una caricatura del pasado".

Donnedieu recordaba así aquel agravio lanzado por Aznar en enero pasado en la Cámara de Comercio de Estados ...

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La nueva posición del Gobierno español de apoyo sin paliativos al concepto de excepción cultural o diversidad cultural es acogida por Francia como la restitución del agravio al que le sometió José María Aznar. Tras mantener ayer su primera reunión con Carmen Calvo, el ministro francés de Cultura, Renaud Donnedieu, afirmó satisfecho: "Estamos encantados de confirmar que esa idea de que la excepción cultural es propia de culturas en declive no es más que una caricatura del pasado".

Donnedieu recordaba así aquel agravio lanzado por Aznar en enero pasado en la Cámara de Comercio de Estados Unidos cuando el entonces presidente del Ejecutivo español proclamó: "La excepción cultural es el refugio de las culturas que están siendo derrotadas. No creo en la excepción cultural europea".

En las antípodas de aquellas declaraciones en las que Aznar insistió en una entrevista en Le Monde el 9 de marzo pasado, Carmen Calvo aseguraba ayer: "Hay que ir a los foros internacionales y defender la excepcionalidad cultural (...). El apoyo a la industria cultural es determinante". "La ministra española y yo hemos constatado una amplia convergencia en nuestros puntos de vista", dijo Donnedieu. "Y yo creo que en el contexto internacional esto se percibe ahora mejor".

Los ministros de Cultura de la Unión Europea, por su parte, resolvieron en la reunión de ayer la designación de las próximas capitales culturales europeas, que se consideran una inversión cultural de interesantes dividendos, una manifestación extraordinaria de la diversidad cultura de Europa. A partir de 2010, una de ellas tendrá que pertenecer imperativamente a uno de los nuevos socios de la UE.

El año que viene le toca el turno a Cork (Irlanda), y en 2006, a Petras (Grecia). Luxemburgo y Cibiu (Rumania) compartirán la capitalidad en 2007. En 2008 serán Liverpool (Reino Unido) y Stavanger (Noruega). España no le corresponde hasta el año 2016, y para entonces tendrá que compartirla con una ciudad polaca. La decisión de incorporar a los nuevos países se ve como una herramienta para reactivar la cultura de los países del Este.

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