Destacados médicos señalan la contaminación química como causa principal del cáncer

El Llamamiento de París pide que se aplique el principio de precaución a estos productos

Destacados médicos y científicos, entre ellos varios premios Nobel, han sido los primeros firmantes de un documento, el Llamamiento de París, en el que se advierte de que la contaminación química ambiental es "la causa principal de azotes actuales de la humanidad tales como el cáncer, la infertilidad y las enfermedades congénitas". Los firmantes apoyan el programa Reach, original de la UE, que pretende revisar los miles de productos químicos distintos cuyos residuos están ya presentes en el medio ambiente sin que se hayan hecho pruebas suficientes para comprobar su inocuidad.

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Destacados médicos y científicos, entre ellos varios premios Nobel, han sido los primeros firmantes de un documento, el Llamamiento de París, en el que se advierte de que la contaminación química ambiental es "la causa principal de azotes actuales de la humanidad tales como el cáncer, la infertilidad y las enfermedades congénitas". Los firmantes apoyan el programa Reach, original de la UE, que pretende revisar los miles de productos químicos distintos cuyos residuos están ya presentes en el medio ambiente sin que se hayan hecho pruebas suficientes para comprobar su inocuidad.

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El Llamamiento de París surge de una reunión organizada el 7 de mayo en esa ciudad por la Asociación para la Investigación Terapéutica Anticancerosa (ARTAC), con el apoyo de Naciones Unidas. Entre los firmantes están Luc Montagnier, descubridor del virus del sida y el conocido científico Hubert Reeves, así como los premios Nobel Jean Dausset y François Jacob y el antiguo secretario general de la ONU Boutros Boutros-Ghali. También han firmado ya numerosos médicos y políticos.

El contenido del llamamiento pretende contrarrestar las presiones ejercidas por la industria química para dulcificar el programa Reach, al recordar que los datos acumulados señalan a la contaminación química como la causa principal del aumento de los casos de cáncer en los países desarrollados desde 1950, con la excepción del tabaco en el cáncer de pulmón. El documento será presentado a la ONU, la Unión Europea y los Gobiernos nacionales a finales de 2004, según la organización WWF-Adena. "Esperamos recoger un millónde firmas de científicos, líderes de opinión y ciudadanos normales", ha dicho Belpomme, presidente de ARTAC.

Según los datos expuestos en la reunión, en Europa el 15% de las parejas son infértiles en parte por la contaminación química, y se está produciendo un aumento del 0,8% anual en los casos de cáncer infantil. "A pesar de los avances en la investigación médica", señala el llamamiento, "la medicina no podrá nunca erradicar este fenómeno". Entre las medidas que propone el texto está la de prohibir los productos que son cancerígenos, mutagénicos o tóxicos para la reproducción, o presentan probabilidad de serlo, de forma que se aplique el principio de precaución a todos los productos químicos.

A pesar de que el caso más famoso de producto químico perjudicial y ya prohibido en los países desarrollados es el pesticida DDT, el problema ahora es de mucha mayor magnitud porque se refiere a miles de productos químicos utilizados en también miles de productos, desde los biberones a las pinturas, cuyos residuos interactúan entre ellos, persisten en el ambiente y contaminan la cadena alimentaria. De muchos de ellos se sospecha que resultan tóxicos y cancerígenos, aunque no se sabe por qué no se han hecho los estudios sobre toxicidad y riesgo para la salud humana antes de autorizar su uso.

Los expertos citan en el texto del llamamiento como motivo de preocupación los hidrocarburos poliaromáticos, los derivados como las dioxinas y los bifenilos, el amianto y los metales pesados, así como pesticidas y aditivos alimentarios. Mencionan especialmente a los contaminantes orgánicos persistentes (POP) algunos de los cuales se acumulan en el organismo humano de generación en generación. En el llamamiento se recuerda que la contaminación no se debe sólo a que se regula mal la comercialización de los productos químicos, sino también a que falta vigilancia sobre la producción, el uso por parte del consumidor y su tratamiento como residuos.

La asociación patronal de la industria química europea, CEFIC, ha respondido al llamamiento con un comunicado en el que recuerda que las empresas son los primeras preocupadas por las amenazas a la salud que plantean algunos productos químicos. "Hemos invertido enormes sumas en investigación", señala la patronal y recuerda que la estrategia de la Unión Europea para mejorar la salud y el medio ambiente será eficiente sólo si encara todos los factores ambientales, entre ellos el estilo de vida y los factores socioéconómicos, físicos, biológicos y químicos.

Vertedero del Garraf, en Barcelona.SILVIA T. COLMENERO

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