Creados ratones transgénicos que fabrican grasa de pescado saludable

El pescado puede dejar en un futuro de ser la mayor fuente de omega 3, un ácido graso beneficioso porque reduce el riesgo de tener enfermedades cardiovasculares. Científicos de la Universidad de Harvard (EE UU) han fabricado el primer mamífero (un ratón) que elabora estos compuestos. Para ello le han añadido un gen que cambia el omega 6 en omega 3. El gen (llamado fat 1) lo han aislado del gusano estrella de la genética, el Caenorhabditis elegans, y contiene las instrucciones para sintetizar una enzima, la desaturasa, que controla el cambio a la estructura de los ácidos grasos.

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El pescado puede dejar en un futuro de ser la mayor fuente de omega 3, un ácido graso beneficioso porque reduce el riesgo de tener enfermedades cardiovasculares. Científicos de la Universidad de Harvard (EE UU) han fabricado el primer mamífero (un ratón) que elabora estos compuestos. Para ello le han añadido un gen que cambia el omega 6 en omega 3. El gen (llamado fat 1) lo han aislado del gusano estrella de la genética, el Caenorhabditis elegans, y contiene las instrucciones para sintetizar una enzima, la desaturasa, que controla el cambio a la estructura de los ácidos grasos.

El ser humano necesita ambos ácidos grasos (que forman parte de las membranas celulares), pero no es capaz de producirlos. Por eso los debe adquirir a través de la dieta. El problema es que en los países ricos se ingiere demasiado omega 6 (que se encuentra en los animales de granja) y poco omega 3 (que está sobre todo en el pescado azul).

El exceso de ácidos grasos del tipo omega 6 es malo porque tiene efectos proinflamatorios y coagulantes, lo que se traduce en mayor incidencia de artritis, artrosis y riesgo de sufrir embolias, explica el catedrático de Bioquímica de la Facultad de Farmacia de Granada Ángel Gil. En cambio, el omega 3 combate la formación de ateromas (las placas de colesterol que bloquean las arterias) y evita la formación de trombos.

En el ensayo, los científicos alimentaron a los ratones con una dieta rica en omega 6, y observaron que éste desaparecía y en cambio aparecía omega 3. Una de las posibles aplicaciones del descubrimiento sería la creación de animales de granja transgénicos con más omega 3 y menos omega 6, lo que ayudaría a compensar este desequilibrio.

El descubrimiento "abre una puerta", pero tiene sus riesgos, advierte Gil. Por un lado, la carne tendría una enzima nueva, lo que podría inducir reacciones alérgicas en los consumidores. Por otro, al cambiar la proporción de ácidos grasos de la membrana celular los animales pueden resultar enfermos o, sencillamente, inviables.

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