"Queremos devolver la feria a sus protagonistas"

"La feria tiene que recuperar sus orígenes. Volver a apoyarse en sus verdaderos protagonistas: los editores, los libreros, los distribuidores, los agentes literarios; todos los que participan en la cadena de producción del libro", comenta Nubia Macías Navarro (San José de Gracia, Jalisco, 1966), directora de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, la FIL, desde abril de este año. "Su importancia como referente cultural es indiscutible, y es enorme su capacidad para generar múltiples actividades; es ya una institución muy estructurada y asentada. Pero hacía falta volver a escuchar a to...

"La feria tiene que recuperar sus orígenes. Volver a apoyarse en sus verdaderos protagonistas: los editores, los libreros, los distribuidores, los agentes literarios; todos los que participan en la cadena de producción del libro", comenta Nubia Macías Navarro (San José de Gracia, Jalisco, 1966), directora de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, la FIL, desde abril de este año. "Su importancia como referente cultural es indiscutible, y es enorme su capacidad para generar múltiples actividades; es ya una institución muy estructurada y asentada. Pero hacía falta volver a escuchar a toda esta gente que fue la que impulsó verdaderamente la feria y buscar caminos y fórmulas para que todas las partes implicadas en el mundo del libro ganen con la feria, crezcan, se proyecten mucho más".

El conocimiento de los entresijos de la feria le viene a Nubia Macías de lejos. Entre 1987 y 1992 trabajó en el equipo de Margarita Sierra y Mari Carmen Canales, codirectoras de las primeras ediciones, y realmente las responsables de dar forma a una idea que surgió de Raúl Padilla, presidente de la FIL. Durante ese tiempo pasó una época en Francfort. A partir de 1992, Nubia Macías trabajó en otras cosas: viajó a España y se zambulló en su otra gran pasión, el periodismo (hizo el máster en la Escuela de EL PAÍS y trabajó en la delegación mexicana de este periódico). En 2001 regresó a la feria como subdirectora.

Desde que tomó las riendas como directora, tras la salida turbulenta de la anterior responsable, María Luisa Armendáriz, Nubia Macías no ha parado. "En esta edición hemos reorganizado el espacio de la feria. La hemos segmentado en sectores temáticos -libro infantil, universitario, nacional e internacional- y hemos potenciado las áreas de descanso para facilitar las relaciones de la gente que viene a trabajar. A estas alturas, lo importante para la feria no es crecer, sino mejorar; la calidad, no la cantidad. Y un aspecto esencial es que las propuestas tengan una dimensión práctica; ésa es la idea del II Foro de los Editores, por ejemplo. El gran reto es el de la profesionalización, que los sectores implicados defiendan sus intereses y que lo hagan de forma coordinada. La feria está justamente para eso: para unir esos esfuerzos que, de otra forma, podrían dispersarse".

Para mover los engranajes de la feria, Nubia Macías trabaja con un equipo de 26 personas. Son todas mujeres, ¿no? "Casi. Hay tres varones, por aquello de respetar el porcentaje reservado a las minorías", comenta, y luego se ríe, porque a Nubia Macías le gusta reírse. Y sabe transmitir confianza a quienes la rodean. "Hay tres factores decisivos en la FIL, todos ellos importantes. Es capaz de convocar y reunir a la mayor cantidad de editores de habla hispana, facilita y genera numerosas transacciones comerciales y profesionales, y es un festival cultural. Sobre esas tres patas descansa todo el edificio".

El festival cultural es en buena medida responsabilidad del invitado de honor. ¿No hay en la presencia de Quebec, este año, y de Cataluña, el próximo, un afán de apoyar a lugares con fuertes reivindicaciones nacionalistas? "La FIL, desde sus inicios, no sólo ha invitado a países. Han venido Nuevo México, un Estado de Estados Unidos, y Puerto Rico, un país asociado. Lo que la feria pretende es acercarse comercialmente a los lugares que elige y que éstos tengan una presencia cultural fuerte, que sean capaces de contagiar durante unos días a la ciudad con sus propuestas. Creo que tanto Quebec como Cataluña tienen esa fuerza cultural, esa riqueza. En el segundo caso, además, aquí en México hubo una gran presencia de intelectuales catalanes después de la Guerra Civil que han hecho aportaciones decisivas a nuestra cultura. Hemos contemplado también la posibilidad de invitar a ciudades de fuerte personalidad cultural -Berlín, Nueva York, Chicago-, que quizá vayan a protagonizar la feria en próximas ediciones".