Harry Potter hechiza a medio planeta

La publicación en inglés de la quinta entrega de la saga es acogida con entusiasmo y récord de ventas

De Edimburgo a Bucarest, de Madrid a Nueva York, de Sidney a Johanesburgo y Londres. Medio planeta cayó ayer bajo el hechizo de Harry Potter en la jornada inaugural del lanzamiento en inglés del quinto tomo de la serie. Su autora J. K. Rowling se sumó inesperadamente a la fiesta y firmó ejemplares en Edimburgo de Harry Potter y la Orden del Fénix, un libro destinado a romper cualquier récord de ventas. Las primeras críticas indican que el lector no quedará defraudado con la nueva aventura.

La realidad superó las expectativas. Niños y adultos formaron cola, de hasta ocho horas, pa...

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De Edimburgo a Bucarest, de Madrid a Nueva York, de Sidney a Johanesburgo y Londres. Medio planeta cayó ayer bajo el hechizo de Harry Potter en la jornada inaugural del lanzamiento en inglés del quinto tomo de la serie. Su autora J. K. Rowling se sumó inesperadamente a la fiesta y firmó ejemplares en Edimburgo de Harry Potter y la Orden del Fénix, un libro destinado a romper cualquier récord de ventas. Las primeras críticas indican que el lector no quedará defraudado con la nueva aventura.

La realidad superó las expectativas. Niños y adultos formaron cola, de hasta ocho horas, para hacerse con uno o varios ejemplares de Harry Potter y la Orden del Fénix en el mismo instante en el que salió ayer a la venta. En España, el libro aparecerá el año próximo.

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"No podía esperar más. Soy una fanática de Harry Potter. He leído los anteriores libros ocho veces en castellano y siete en inglés. Volviéndolos a leer era la única forma de controlar mi impaciencia. También compraré la edición en castellano", explicaba al borde de la histeria Andrea Martínez, estudiante madrileña de 23 años, cuando por fin se hizo con el codiciado volumen en una librería de Londres. "Dicen que son novelas infantiles. Pero no es verdad. Es el único libro que me ha impresionado tanto como, en su día, me pasó con El Señor de los

anillos", apuntó su amigo, Marcos Montesinos, de 21 años. Tuvieron suerte al comprar el nuevo Harry Potter la noche del viernes al sábado. Doce horas después, el libro se había agotado en ese comercio. "No hemos visto un fenómeno semejante. Teníamos 600 ejemplares y esta mañana ya no quedaba ninguno", afirmó ayer por la tarde un portavoz de la sucursal de Waterstone's en Hampstead, al norte de Londres.

Esta cadena de librerías se adjudicó un triunfo inigualable. Joanna Kathleen Rowling se acercó a una de sus tiendas de Edimburgo, ciudad en la que reside con sus dos hijos y su marido, y pasó un buen rato firmando ejemplares y repartiendo autógrafos entre los pequeños. "Es un milagro", dijo, "que no se haya desvelado su contenido teniendo en cuenta el número de ejemplares producidos y la cantidad de gente involucrada".

El secretismo excedió todas las normas habituales de la industria del libro. La editorial Bloomsbury no permitió ninguna excepción al embargo. Ni tan siquiera los críticos literarios recibieron su copia de Harry Potter y la Orden del Fénix antes que el público de pago. Y al tocar las campanadas que anunciaron la llegada del 21 de junio se inició una carrera contrarreloj para leer las 768 páginas, con un total de 255.000 palabras, del libro. Cada medio de comunicación quería batir a sus rivales con la primicia de su veredicto sobre la nueva aventura de los aprendices de mago. El diario británico The Guardian, de los primeros en publicar la crítica, adjudicó la tarea a un equipo de seis periodistas. Se sortearon las sucesivas secciones del libro -para evitar peleas puesto que todos querían leer el último capítulo- y concluyeron que "ninguno se sintió decepcionado con su bloque de Harry y todos tenemos ganas de leer el tomo adecuadamente".

En EE UU, la llegada del nuevo libro llenó las calles de niños boquiabiertos y padres ojerosos. Scholastic, la editora estadounidense de J. K. Rowling, ha invertido cuatro millones de dólares en una campaña de publicidad que se suma a la que hacen gratis los medios con la cobertura ininterrumpida del acontecimiento editorial. Tales han sido las medidas de seguridad para mantener secreto el contenido del libro que una copia firmada por la autora y donada a la Biblioteca de Nueva York llegó en un coche blindado en el que viajaban policías y -como no podía ser de otra manera en EE UU- abogados, informa Javier del Pino.

Pero hubo errores. Al menos una tienda en Indiana y otra en Nueva York pusieron a la venta el libro días antes de la fecha prevista. En seguida lo retiraron, pero una de las copias vendidas fue a parar a varios medios de comunicación. La agencia Associated Press y el diario USA Today sólo publicaron una crítica (muy favorable) pero el Daily News fue mucho más lejos y publicó un extracto; ahora se enfrenta a una demanda de 100 millones de dólares por daños y perjuicios a Rowland y sus editores.

Alemania acogió la nueva entrega del libro con artículos de primera página en los periódicos, formidables ventas y gran expectación entre los incondicionales lectores de J. K. Rowling. En el aeropuerto de Francfort, la edición inglesa comenzó a venderse a la una de la madrugada de ayer (medianoche en Londres). Cerca de 100 personas habían hecho cola para adquirirla. Entre los primeros lectores se encuentra también el traductor contratado por la editorial Carlsen, que sacará al mercado la versión alemana el próximo 8 de noviembre, informa Ciro Krauthausen.

J. K. Rowling firma ejemplares de su nueva obra en una librería de Edimburgo.ASSOCIATED PRESS
Una joven de Malaisia, con el nuevo libro, en Kuala Lumpur.REUTERS
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