LA CUMBRE DE SALÓNICA

Aznar quiere incluir el cristianismo en la Constitución europea

El presidente español propone al PPE mantener los acuerdos de Niza

El empeño de Aznar en incluir el cristianismo en la Constitución europea merece ser interpretado en estrecha relación con el principal propósito del presidente del Gobierno español acerca de la Carta Magna: que, pese a lo previsto por la Convención, se mantenga el sistema de votación en el Consejo acordado en Niza.

Fueron éstas las dos cuestiones que Aznar abordó ayer durante su breve comparecencia en la reunión que los líderes del PPE celebraron en Sani, a unos 80 kilómetros de Salónica, como hacen siempre en vísperas de un Consejo Europeo.

El presidente "tomó la iniciativa", se...

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El empeño de Aznar en incluir el cristianismo en la Constitución europea merece ser interpretado en estrecha relación con el principal propósito del presidente del Gobierno español acerca de la Carta Magna: que, pese a lo previsto por la Convención, se mantenga el sistema de votación en el Consejo acordado en Niza.

Fueron éstas las dos cuestiones que Aznar abordó ayer durante su breve comparecencia en la reunión que los líderes del PPE celebraron en Sani, a unos 80 kilómetros de Salónica, como hacen siempre en vísperas de un Consejo Europeo.

El presidente "tomó la iniciativa", según informó Antonio López Itúriz, secretario general del PPE, para que la Constitución incluya "algo más" que la mera referencia a "las herencias culturales, religiosas y humanistas de Europa" recogida en el proyecto de tratado elaborado por la Convención, de modo que refleje adecuadamente "la importancia del cristianismo en la cultura" de los populares europeos.

Al mismo tiempo, y según la misma fuente, "bastantes primeros ministros expresaron su adhesión" a la teoría de Aznar de que los acuerdos de Niza, entre ellos el del sistema de voto en el Consejo Europeo, no debe ser cambiado sustancialmente. López Istúriz mencionó en concreto al portugués José Manuel Durao Barroso, al italiano Silvio Berlusconi, al luxemburgués Jean-Claude Junkers y, en alguna medida, al austriaco Wolfgang Schussel, junto a los líderes de "otros países pequeños".

La posición del Gobierno sobre el tema del cristianismo en la Constitución europea tiene algo de paradójico. La ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, después de defender el ingreso de Turquía en la Unión Europea con el argumento de que "la Unión no es un club cristiano", declaró recientemente a EL PAÍS: "Hacer una referencia [en la Constitución europea] a las raíces cristiana, o judaico-cristianas, no quiere decir olvidarse de la herencia musulmana, que ha sido muy importante para Europa; pero de todas estas componentes, la cristiana es sin duda la más importante".

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Fuentes españolas del PPE estiman que el protagonismo de José María Aznar en este tema favorece naturalmente que los otros socios, en su mayoría de origen democristiano, secunden la campaña del presidente para que la Constitución no introduzca un sistema de votación en el Consejo que perjudica a España.

José María Aznar, Silvio Berlusconi (derecha) y José Manuel Durão Barroso, en el encuentro del PPE en Sani.REUTERS

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