LA POSGUERRA DE IRAK | El papel de la Alianza

La OTAN ayudará a Polonia a dirigir la zona militar que EE UU le ha adjudicado en Irak

Estados Unidos da por superada la crisis que provocó en la Alianza la guerra contra Sadam

La OTAN dio ayer un significativo paso al decidir implicarse en la crisis de Irak mediante su apoyo técnico, logístico y de planificación al despliegue militar que hará Polonia. El Consejo Atlántico, formado por los embajadores de los 19 países de la Alianza, tomó la decisión por unanimidad. Satisfizo así el deseo de EE UU de que la OTAN desempeñe un papel en el periodo pos-Sadam y, a la vez, amainó las graves tensiones entre los aliados desde que Francia, Alemania y Bélgica se opusieran en febrero y marzo a que la Alianza reforzara las defensas de Turquía ante la inminente guerra contra Irak....

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La OTAN dio ayer un significativo paso al decidir implicarse en la crisis de Irak mediante su apoyo técnico, logístico y de planificación al despliegue militar que hará Polonia. El Consejo Atlántico, formado por los embajadores de los 19 países de la Alianza, tomó la decisión por unanimidad. Satisfizo así el deseo de EE UU de que la OTAN desempeñe un papel en el periodo pos-Sadam y, a la vez, amainó las graves tensiones entre los aliados desde que Francia, Alemania y Bélgica se opusieran en febrero y marzo a que la Alianza reforzara las defensas de Turquía ante la inminente guerra contra Irak.

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La decisión fue tomada antes de que el Consejo de Seguridad de la ONU haya aprobado la resolución que dará cobertura legal internacional a la situación en Irak, una de las condiciones de Francia para aceptar una significativa implicación de la OTAN en ese país. Por eso, fuentes aliadas insistieron ayer en que el acuerdo del Consejo Atlántico no supone una intervención de la OTAN "como tal organización", sino el apoyo a un aliado en la misión a la que se ha comprometido. "No estamos hablando de una operación de la OTAN en Irak, sino de apoyar a Polonia", precisó ayer el secretario general de la Alianza, George Robertson.

En efecto, Polonia pidió formalmente el pasado día 15 ese apoyo aliado para poder cumplir su compromiso de liderar una fuerza de seguridad entre Bagdad y Basora, la zona asignada por EE UU y Reino Unido. A la vez, solicitó una ayuda de 90 millones de dólares a Washington. Polonia tendrá que aportar unos 2.200 hombres y coordinará las fuerzas que aporten otros países hasta llegar a un contingente de unos 7.000 militares.

El Consejo Atlántico dio ayer luz verde a un doble mandato: las autoridades militares aliadas iniciarán una labor de asesoramiento a Polonia y, de otro lado, el cuartel general de la Alianza (SHAPE) iniciará la planificación de la operación, a la que la OTAN tendrá que dar su visto bueno. En la lista concreta de peticiones polacas figura el apoyo logístico, labores de espionaje, comunicaciones y creación del cuartel general de Irak. Serán estas demandas las que se analicen también en los próximos días.

"El Consejo ha decidido por unanimidad pedir a las autoridades militares que presten cuanto antes asesoramiento en respuesta a la demanda polaca de apoyar la misión de estabilización que dirigirá en uno de los sectores de Irak", anunció formalmente Robertson.

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Nicolas Burns, el embajador de EE UU ante la OTAN, saludó de inmediato la decisión y aseguró que la Alianza "ya ha superado la crisis". "La OTAN está ahora en primera línea en la lucha global contra el terrorismo; es un paso enorme", dijo. Añadió que no descarta en el futuro "un papel más amplio" de los aliados en Irak.

Es precisamente lo que ha ocurrido ya en Afganistán, donde la OTAN asumirá en agosto el mando de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) en lugar de Holanda y Alemania, si bien en este caso se hará bajo una clara cobertura legal internacional. Quizá por eso, Burns señaló que la decisión de ayer del Consejo Atlántico había sido "un primer paso". Colin Powell, secretario de Estado norteamericano, ya expresó hace más de un mes su deseo de que la OTAN tenga en Irak un papel similar o superior al que pueda tener en Afganistán.

Se trata de un objetivo que apoya firmemente el propio Robertson, quien ya ha comentado a varios de sus colaboradores su intención de ver plasmada esa aspiración antes de abandonar su cargo el próximo diciembre. Robertson se mostró muy molesto cuando, después de que la OTAN activase por primera en su historia el artículo 5 de defensa mutua a raíz del 11-S, EE UU optó por relegar a la organización en las operaciones militares en Afganistán.

Seguramente por eso, Robertson afirmó que la decisión tomada ayer en la OTAN es "el primer paso" en un proceso sobre el papel que puede jugar la Alianza en Irak o en otras zonas de conflicto. "Una organización de defensa no puede estar en paro", dijeron fuentes oficiales aliadas. "Esto es sólo el principio", añadieron. El hecho es políticamente más significativo cuando el protagonismo aliado será el de Polonia, uno de los países europeos que más apoyó las tesis estadounidenses sobre Irak.

A la vez, lo ocurrido ayer en Bruselas, junto a lo que pase en las próximas horas en la ONU, serán los primeros pasos de aproximación entre EE UU y Francia y Alemania. Los dos países europeos han mostrado en las últimas semanas su deseo de rebajar la tensión, mientras EE UU ha optado por dar un mayor papel a la ONU en la resolución sobre Irak.

Por otra parte, EE UU está negociando la vuelta a Irak del equipo de inspectores de la ONU especializados en armas nucleares, para comprobar la gravedad de los saqueos ocurridos en el centro de investigación de Tuwaitha, a las afueras de Bagdad, informa Isabel Piquer. La decisión contribuirá a lograr un mayor respaldo en el Consejo de Seguridad cuando hoy se vote la resolución sobre Irak.

Un grupo de niñas se dirige al colegio en Bagdad ante la vigilancia de soldados de EE UU. / REUTERS

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