LA POSGUERRA DE IRAK | La inseguridad ciudadana

Bremer anuncia nuevos refuerzos para mantener el orden en Irak

El administrador de EE UU cree prioritario reducir la criminalidad

El nuevo administrador civil estadounidense para Irak, Paul Bremer, reconoció ayer que "existe un serio problema de ley y orden en Bagdad". En su primera rueda de prensa en este país desde su incorporación al puesto, el lunes, Bremer anunció la llegada en los "próximos días" de 4.000 policías militares y en "semanas" de 15.000 nuevos efectivos militares para luchar contra la criminalidad, un combate que se ha convertido en su "prioridad".

La llegada del diplomático estadounidense, que ha reemplazado al ex general Jay Garner, responsable de la Oficina para Reconstrucción y Ayuda Humanita...

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El nuevo administrador civil estadounidense para Irak, Paul Bremer, reconoció ayer que "existe un serio problema de ley y orden en Bagdad". En su primera rueda de prensa en este país desde su incorporación al puesto, el lunes, Bremer anunció la llegada en los "próximos días" de 4.000 policías militares y en "semanas" de 15.000 nuevos efectivos militares para luchar contra la criminalidad, un combate que se ha convertido en su "prioridad".

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La llegada del diplomático estadounidense, que ha reemplazado al ex general Jay Garner, responsable de la Oficina para Reconstrucción y Ayuda Humanitaria (ORAH), ha coincidido con un aumento de las patrullas militares y policiales en la capital, de cinco millones de habitantes, que ha vivido en la anarquía desde la llegada de las tropas de la coalición, el 9 de abril.

"En octubre, Sadam liberó a 10.000 presos. Muchos eran políticos, pero otros eran criminales y nuestro objetivo es devolverlos a la cárcel, que es donde deben estar", dijo Bremer, un antiguo experto en lucha contra el terrorismo del Departamento de Estado. Este administrador civil dijo que las patrullas se habían multiplicado y que "en las últimas 24 horas" habían sido detenidos 300 ladrones.

El miércoles, el general David D. McKiernan, responsable de las tropas estadounidenses en territorio iraquí, señaló que, según informes de los servicios de espionaje, grupos de personas leales al anterior régimen estaban destruyendo infraestructuras que habían sobrevivido a la guerra. Bremer no fue tan lejos y se limitó a decir que "existen miembros del Baaz que intentan sabotear el trabajo de la coalición".

En la calle y entre los policías iraquíes que se han reincorporado al trabajo en los últimos días, y que acaban de recibir armas, no se habla de ataques de guerrilla, sino de crímenes comunes en una ciudad inmensa, caótica y armada hasta los dientes. El robo de coches a punta de Kaláshnikov o los asaltos a comercios están a la orden del día: el miércoles por la tarde, en pleno centro de Bagdad, hubo un tiroteo de más de diez minutos entre un grupo de ladrones y unos comerciantes. Aunque el toque de queda empieza a las once de la noche, desde la caída del sol no hay un alma por las calles y los pocos coches que circulan lo hacen a toda velocidad.

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El diplomático no quiso pronunciarse sobre la posibilidad de que los soldados reciban la orden de disparar contra los ladrones. The New York Times publicó esta semana que Bremer iba a dar permiso a los militares para hacerlo, aunque el administrador no quiso confirmarlo. "El responsable de las operaciones es el general McKiernan y es él quien podría dar ese tipo de órdenes", señaló.

Durante su encuentro con la prensa en Bagdad, que se prolongó durante media hora, Bremer anunció que otro de sus objetivos era acabar con los elementos del partido único bajo Sadam Husein, el Baaz, que todavía persisten en la administración y que todos los baazistas "serían expulsados". En un exceso de optimismo, que luego tuvo que rectificar, Bremer dijo que, en la actualidad, "más iraquíes tienen electricidad que antes de la guerra". Posteriormente, en respuesta a una pregunta, precisó que sólo hablaba del norte y el sur.

Otro problema que afecta a la vida cotidiana de Bagdad y del que habló el nuevo administrador Bremer fue la subida de los precios: hace tres semanas, el dólar se cambiaba por 2.500 dinares y ayer sólo a 1.000. Teniendo en cuenta que los sueldos se pagan en divisas estadounidenses y que los precios se mantienen, la pérdida de poder adquisitivo es enorme. Los 20 dólares del salario de emergencia valen menos de la mitad que cuando fueron prometidos por el ex general Jay Garner. El diplomático estadounidense dijo que su objetivo era "intentar llevar liquidez a la gente" para impulsar la economía y que para ello era imprescindible que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobase el levantamiento de las sanciones.

En el terreno político, Bremer anunció que hoy viernes mantendrá una reunión con "representantes iraquíes", similar a la que tuvo Garner a finales de abril, para impulsar la formación de un Gobierno provisional. Sin embargo, no quiso dar una fecha precisa para la investidura de un Ejecutivo.

Un español en Bagdad

El español Miguel Benzo, hasta ahora subdirector de Relaciones Económicas del Ministerio de Asuntos Exteriores, llegó ayer a Bagdad para incorporarse a la Administración civil de EE UU para Irak como adjunto del ministro de Ayuda Humanitaria. Benzo, primer español que formará parte de la Oficina de Reconstrucción y Ayuda Humanitaria (ORAH), viajó desde Um Qasr, en el sur, hasta la capital escoltado por soldados españoles.

"Mi estancia será de varios meses", dijo Benzo poco después de llegar a Bagdad. "Tengo previsto entrevistarme mañana [por hoy] con los responsables de la ORAH, para empezar a trabajar cuanto antes", agregó el diplomático, que viajó con el capitán de navío Manuel Martín Nogal, que actuará como su ayudante, y con dos representantes de la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI), Felipe Bragado y Pablo Muelas.

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