Sue Williams exhibe en 70 obras su evolución del cómic satírico a la abstracción

El IVAM repasa la trayectoria de la pintora estadounidense en los últimos 10 años

Sue Williams (Chicago Heights, 1954) saltó al primer plano artístico a mediados de los años ochenta con sus pinturas de contenido ácido, influidas por las tiras de cómics, en las que mostraba crudamente el horror de la violencia doméstica. Luego mezcló las técnicas en una suerte de caligrafía grotesca de iconos sexuales, para acercarse posteriormente a la abstracción del action painting representado por maestros como Jackson Pollock o William de Kooning. El IVAM le dedica desde ayer una exposición con 70 obras que repasa la evolución de su producción en los últimos 10 años.

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Sue Williams (Chicago Heights, 1954) saltó al primer plano artístico a mediados de los años ochenta con sus pinturas de contenido ácido, influidas por las tiras de cómics, en las que mostraba crudamente el horror de la violencia doméstica. Luego mezcló las técnicas en una suerte de caligrafía grotesca de iconos sexuales, para acercarse posteriormente a la abstracción del action painting representado por maestros como Jackson Pollock o William de Kooning. El IVAM le dedica desde ayer una exposición con 70 obras que repasa la evolución de su producción en los últimos 10 años.

"Muchos artistas necesitan la mayor parte de su vida para desarrollar lo que Sue Williams ha conseguido en los últimos 10 años", señaló la comisaria, Teresa Millet, citando el texto que el especialista Dan Cameron ha escrito en el catálogo de la exposición, que se clausura el 6 de julio. La artista fue muy lacónica en un principio a la hora de explicar el cambio en su obra: "Una cosa me ha llevado a la otra, sin plantearme nada".

De hecho, buena parte de las pinturas abstractas no llegan a abandonar los motivos recurrentes de su anterior etapa, como el uso del cuerpo humano, especialmente de los órganos sexuales, con el objeto de reflexionar y denunciar con un intenso componente lírico temas como la misoginia y el abuso sexual. En este sentido, algunas de sus obras más recientes ocultan bajo sus líneas y brochazos, ahora mucho más coloristas y gestuales, esos motivos, pero distorsionados y metamorfoseados. Esta exploración del cuerpo humano y de los distintos roles del género sexual acerca la producción a artistas actuales como Mathew Barney o Kiki Smith, según apuntó Millet.

Ya frente a sus cuadros, Williams se extendió más a propósito de su evolución: incidió en que al principio su obra, "satírica, de denuncia social", está más marcada por su propia experiencia, por un periodo agitado de su vida, "quizá por eso es un poco agresiva"; después, sin dejar las "imágenes identificadoras", se deja llevar más por "el subconsciente". Añadió que la denuncia social sigue presente en su obra abstracta, a veces a través de los títulos de sus obras, por ejemplo, al tiempo que comentó su activismo contra la guerra de Irak.

Coproducida por la Secession de Viena y por el IVAM, Sue Williams. Arte para la institución y para la casa es la primera exposición monográfica que le dedica un museo español a la pintora y su presentación en Europa, señaló ayer el director del Instituto Valenciano de Arte Moderno, Kosme de Barañano, quien destacó el uso del trazo tanto de muñeca como de brazo de la pintora.

Sue Williams posa delante de una obra suya, ayer, en el IVAM.MÓNICA TORRES
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