Vicente Álvarez reconstruye en una novela la vida de un mercenario del siglo XVII

El novelista Vicente Álvarez (Valladolid, 1963) se llevó una gran sorpresa al conocerse ganador del Premio Nadal Guión 2003 de la editorial Destino. Había presentado su novela El mercenario del Dux al Premio Nadal y por una cláusula todas las obras optan también al galardón de guión. "Puedes incluir con la novela una especie de sinopsis para el jurado del de guión, pero no la introduje porque veía mi libro muy difícil de llevar al cine", contó Álvarez en la presentación del libro en Madrid. Esta novela de conspiraciones, intrigas palaciegas y venganzas reconstruye la vida de un mercenar...

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El novelista Vicente Álvarez (Valladolid, 1963) se llevó una gran sorpresa al conocerse ganador del Premio Nadal Guión 2003 de la editorial Destino. Había presentado su novela El mercenario del Dux al Premio Nadal y por una cláusula todas las obras optan también al galardón de guión. "Puedes incluir con la novela una especie de sinopsis para el jurado del de guión, pero no la introduje porque veía mi libro muy difícil de llevar al cine", contó Álvarez en la presentación del libro en Madrid. Esta novela de conspiraciones, intrigas palaciegas y venganzas reconstruye la vida de un mercenario, Bosco, desde sus comienzos como asesino en 1605, pasando por su huida de España en 1616 acosado por los esbirrios del duque de Osuna, hasta la culminación de su poder en Venecia en 1618. Aparecen también personajes reales, como los escritores Quevedo y Cervantes, y los pintores Claude Lorrain y Artemisia Gentileschi.

"Hay que documentarse mucho para luego mentir con conocimiento de causa", señaló, "pero estoy acostumbrado porque es el tipo de novelas que me gusta leer y escribir", siguió el escritor de Arcimboldo Ballet. Le gusta cuidar mucho el lenguaje, " como un orfebre", y se clasifica como barroco. "Aunque cada vez soy menos barroco. Mis primeras eran casi churrriguerescas. Supongo que es un proceso natural el ir desnudando poco a poco la prosa", argumentó el autor de Boleros de Amsterdam y Génesis 1.32. En un capítulo ambientado en Madrid se impuso el reto personal de imitar la forma de escribir y hablar de la época. "Como Quevedo era uno de los personajes me inspiré mucho en sonetos suyos y de otros autores", dijo.

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