Meneses Nebot narra 12 historias de perdedores en 'Último asalto'
Último asalto (Ronsel) es una novela narrada a 12 voces. Doce monólogos que configuran una historia de perdedores, aunque su autor, Carlos Meneses Nebot (1969), prefiere hablar de "historia de sentimientos". Entre las voces destacan dos personajes, un adolescente que exterioriza su rabia mediante acciones de violencia gratuita y su padre, un boxeador de capa caída que intenta "reverdecer laureles".
"Todas mis historias tienen siempre un sabor agridulce", dice Meneses Nebot, autor del libro de cuentos Vuélate la tapa de los sesos. Un sabor que se impregna de humor negro en ...
Último asalto (Ronsel) es una novela narrada a 12 voces. Doce monólogos que configuran una historia de perdedores, aunque su autor, Carlos Meneses Nebot (1969), prefiere hablar de "historia de sentimientos". Entre las voces destacan dos personajes, un adolescente que exterioriza su rabia mediante acciones de violencia gratuita y su padre, un boxeador de capa caída que intenta "reverdecer laureles".
"Todas mis historias tienen siempre un sabor agridulce", dice Meneses Nebot, autor del libro de cuentos Vuélate la tapa de los sesos. Un sabor que se impregna de humor negro en más de una línea de la novela. En esta ocasión pretendía narrar la historia de un chico que arremete contra todo y contra todos, su madre, su novia, sus amigos, sus camellos y su padre: "Si extrapolamos sus acciones delictivas, Ramiro es un poco aquello que todos nos hemos creído de jóvenes. Cuando tienes 16 o 17 años te crees más listo que los demás y que en la vida lo puedes tener todo. No te paras a pensar que eso es más difícil de lo que crees. No es que le tenga simpatía, pero entiendo su intento de romper con aquello que le impide ser libre", dice el escritor, que se gana la vida como portero de un cine de Palma de Mallorca.
Meneses Nebot asegura que la forma de reaccionar de su personaje está en consonancia con "una sociedad en que la violencia ya no nos altera demasiado". "Él no es consciente de la violencia que proyecta. Es una forma de vivir que él considera natural". Las drogas que no para de consumir son, también, "un reflejo de la juventud que se ve". El contraste es la figura del padre, un hombre que intenta volver a situarse en el circuito del boxeo mientras todo a su alrededor se ha desmoronado.