Cataluña creará en seis meses la primera agencia autonómica de seguridad alimentaria

El Parlament dio ayer el paso definitivo para dotar a Cataluña de la primera agencia de seguridad alimentaria autonómica de España, un organismo que velará por la calidad y la correcta manipulación de los alimentos en todas sus fases productivas. Se trata, según dijo el consejero de Sanidad, Eduard Rius, de crear 'un organismo unificado que permita garantizar que los alimentos son de buena calidad desde la huerta o la granja hasta la olla de casa'. La agencia estará adscrita al Departamento de Sanidad y comenzará a funcionar a comienzos del año próximo.

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El Parlament dio ayer el paso definitivo para dotar a Cataluña de la primera agencia de seguridad alimentaria autonómica de España, un organismo que velará por la calidad y la correcta manipulación de los alimentos en todas sus fases productivas. Se trata, según dijo el consejero de Sanidad, Eduard Rius, de crear 'un organismo unificado que permita garantizar que los alimentos son de buena calidad desde la huerta o la granja hasta la olla de casa'. La agencia estará adscrita al Departamento de Sanidad y comenzará a funcionar a comienzos del año próximo.

La idea de crear una agencia de seguridad alimentaria se fraguó, sobre todo, tras la crisis de las vacas locas, a finales de 2000, cuando asociaciones de consumidores y casi todos los partidos políticos pidieron que se unificasen los procesos de control de calidad de los alimentos.

Hasta la fecha este control ha estado en manos de los departamentos de Sanidad y de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Generalitat, por lo que en ocasiones se había observado déficit de coordinación entre los diferentes organismos. Eduard Rius recordó ayer que el control de la calidad de la carne depende de Agricultura mientras el animal está vivo y de Sanidad desde el momento en que entra al matadero. 'Con la Agencia Catalana de Seguridad Alimentaria, en cambio, todos los procesos productivos estarán controlados por un mismo organismo', añadió Rius.

La creación de la nueva agencia es fruto de la aprobación, ayer, en el Parlament de la Ley de Seguridad Alimentaria de Cataluña, que además obliga a crear un plan de seguridad destinado a influir en todos los sectores que participan en la cadena alimentaria, desde la producción primaria hasta la venta al por menor. La Agencia de Seguridad, que deberá aplicar la nueva ley, dependerá del Departamento de Sanidad y contará con un comité científico asesor independiente formado por expertos de universidades y centros de investigación científica. Asimismo estarán representados los empresarios del sector, los consumidores y el resto de los agentes implicados en la alimentación.

La agencia nace en un momento complejo, ya que el Congreso aprobó hace más de un año la creación de una agencia similar de ámbito nacional que todavía no se ha puesto en marcha. En cualquier caso, y en previsión de que esta agencia entrará en servicio en poco tiempo, Eduard Rius explicó ayer que su función será 'canalizar y ejecutar' las directivas europeas, que marcarán también el funcionamiento de la agencia española.

Todos los grupos políticos del Parlament apoyaron la nueva ley de seguridad alimentaria y, sobre todo, la creación de la nueva agencia, que consideran que también puede ayudar a que la Unión Europea acabe decántandose por Barcelona como sede de la Agencia Europea para la Seguridad Alimentaria.

Sin embargo, la oposición se lamentó de la lentitud con que se ha impulsado la nueva ley catalana. Carme Figueres, del PSC, recordó que su partido ya exigió hace un año la creación de la agencia de seguridad alimentaria. Pese a ello, consideró positivo el texto aprobado porque 'los ciudadanos necesitan un instrumento de credibilidad en seguridad alimentaria' y aseguró que la agencia alimentaria catalana 'es mejor' que la creada para toda España, dada su 'mayor independencia'.

Los diputados Maria Àngels Esteller (PPC), Jordi Ausàs (ERC) y Dolors Comas (ICV) también se felicitaron por el consenso alcanzado y la oportunidad de la medida ante sucesos como la masiva intoxicación de Torroella de Montgrí.