Carter abre un gran diálogo en Cuba sobre el cambio político y la relación con EE UU

Las palabras del ex presidente y su entendimiento con Castro asombran a los cubanos

Las repercusiones del discurso de Jimmy Carter en el Aula Magna de la Universidad de La Habana, donde el ex presidente norteamericano pidió el levantamiento del embargo de Estados Unidos, pero animó a Fidel Castro a que acepte el envite de los disidentes y convoque un referéndum sobre el cambio político en Cuba, fueron notables. Nunca un visitante extranjero había llegado tan lejos en sus críticas al régimen establecido en la isla en 1959. Hasta los disidentes se declararon sorprendidos por la firmeza de Carter.

En la calle, muchos cubanos se manifestaban más asombrados por la difusión ...

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Las repercusiones del discurso de Jimmy Carter en el Aula Magna de la Universidad de La Habana, donde el ex presidente norteamericano pidió el levantamiento del embargo de Estados Unidos, pero animó a Fidel Castro a que acepte el envite de los disidentes y convoque un referéndum sobre el cambio político en Cuba, fueron notables. Nunca un visitante extranjero había llegado tan lejos en sus críticas al régimen establecido en la isla en 1959. Hasta los disidentes se declararon sorprendidos por la firmeza de Carter.

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En la calle, muchos cubanos se manifestaban más asombrados por la difusión del discurso y posterior debate que por el contenido del mensaje. La mayoría de los cubanos se enteró por Carter de que un grupo opositor había reunido más de 11.000 firmas y las había entregado al Parlamento para exigir reformas legales y un referéndum en Cuba. '¿Qué está pasando? ¿Ha cambiado algo en Cuba para que esto pueda ocurrir', se preguntaba Idalmis Pérez, un ama de casa más interesada por los frijoles que por la política. Su desconcierto era el reflejo de una sociedad nada acostumbrada a escuchar frases como ésta: 'Cuba ha adoptado un Gobierno socialista, donde no se permite que su pueblo organice ningún tipo de oposición. Su constitución reconoce la libertad de expresión y de asociación, pero otras leyes niegan esas libertades a aquellos que no estén de acuerdo con el Gobierno'.

Estas palabras de Carter, además de la solicitud de que un relator de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU y la Cruz Roja visiten Cuba, dieron lugar a un vehemente debate entre el ex presidente y varios estudiantes y profesores de la universidad. Éstos le recriminaron que se hable de falta democracia y de derechos humanos en la isla, cuando en EE UU se violan derechos fundamentales y cuando Cuba exhibe los mejores índices de salud y educación de América Latina. El presidente de la Federación de Estudiantes Universitarios, Hassan Pérez, consideró que si alguien tiene que dar el primer paso para mejorar las relaciones es EE UU, porque 'tiene bloqueada a la isla y ha amparado a grupos terroristas que causaron miles de víctimas entre la población cubana'.

'Perdone que me extienda, pero no todos los días un estudiante de este centro puede hablar con un ex presidente de Estados Unidos'. A renglón seguido, el estudiante Hassán Pérez consideró una infamia que la oposición utilice los nombres de los próceres cubanos para identificar sus iniciativas, concretamente el Proyecto Varela, que comparó como tirarse a una piscina sin agua. '¿Se sabe la situación de los centros penitenciarios de Estados Unidos, la mayor población penal del mundo, con más de dos millones de reclusos sujetos a vejaciones, a violencia sexual, a discriminación? Este universitario, que llevó la voz cantante, inquirió a Carter: '¿Cuánto debe pagar un candidato para llegar a la presidencia de Estados Unidos?'. 'Apostemos por el respeto a la diferencia', agregó Victoria Casadesus, otra dirigente estudiantil. Todos los interlocutores de Carter insistieron en que la democracia cubana es la más perfecta del mundo y que sus elecciones las más libres. 'Usted no está familiarizado con nuestro sistema, pero el compañero Fidel se somete cada cinco años a su reelección como diputado', explicó José Luis Toledo, decano de la Facultal de Derecho. A todos ellos, contestó Carter siempre sereno, sin perder la sonrisa y aplaudido al final de su intervención. 'Permitan que exista un abierto debate en Cuba, permitan la consulta', sobre los términos del Proyecto Varela, propuso el ex presidente norteamericano. 'Podría ser que la mayor parte de los cubanos estén en desacuerdo, pero creo que el mundo vería con gran admiración esto (...) sería una vívida demostración de que la Constitución garantiza el derecho de libre expresión, de libre asociación'. Por su parte, Yasmín Khawja Méndez, estudiante norteamericana del Swarthmore College del Estado de Pensylvania y representante de los 46 estudiantes estadounidensess que realizan intercambios de seis meses en la Universidad de La Habana, fue conciliadora. 'Nuestros pueblos son muy afines y tenemos mucho que aprender uno del otro', dijo.

El decano de la Facultad de Derecho, José Luis Toledo Santander, preguntó a Carter que si en su país sería aceptado que 'un ínfimo grupo alentado por una potencia extranjera cambie los principios fundamentales de una nación', en referencia al Proyecto Varela.

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El disidente Osvaldo Paya, promotor del denominado Proyecto Varela, rechazó después del debate las acusaciones de Toledo. Durante una conferencia de prensa subrayó que la iniciativa opositora era genuinamente cubana y no pagada ni organizada por EE UU. Paya dijo que seguirían recogiendo firmas y que exigirían al Gobierno la publicación del proyecto en el diario oficial Granma.

El ex presidente de EE UU Jimmy Carter (derecha) y Fidel Castro antes de jugar un partido de béisbol en La Habana.AP

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