Antonio Canales presenta en su primera novela a un antihéroe del toreo

Hace poco más de un año, el bailarín-bailaor Antonio Canales mandó bajo seudónimo un boceto de novela a un concurso de temas taurinos. Entre las 340 obras presentadas, Canales quedó finalista. Tiempo después, Ediciones del Bronce se interesó por el texto y el bailarín sevillano siguió puliendo la obra hasta este resultado definitivo, Sangre de albero, con una portada en la que aparece él vestido de luces, y que se presentó ayer en Madrid.

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Hace poco más de un año, el bailarín-bailaor Antonio Canales mandó bajo seudónimo un boceto de novela a un concurso de temas taurinos. Entre las 340 obras presentadas, Canales quedó finalista. Tiempo después, Ediciones del Bronce se interesó por el texto y el bailarín sevillano siguió puliendo la obra hasta este resultado definitivo, Sangre de albero, con una portada en la que aparece él vestido de luces, y que se presentó ayer en Madrid.

Canales escribió Sangre de albero entre agotadoras giras, ensayos y montajes. Reconoce que esta faceta de escritor es en él secundaria, pero seria -'ahora me he metido de lleno en la poesía, leyendo mucho'- y que el eje de su carrera es el baile y la coreografía del ballet flamenco, al que ha legado casi 40 obras. En esta novela, dice el bailarín, 'he tenido días negros, pero no tengo negro. Soy demasiado egoísta con mis palabras. Y es verdad que gano más en un día bailando que editando esta novela'.

Canales dice tener 'alma de torero. Los toros siempre han sido mi pasión. Yo quise ser torero, pero tengo mucho miedo'. Sangre de albero es 'un pretexto para hablar del amor. De ese antihéroe quijotesco, que se viste diferente y que inventa cosas. También he entrado en el mundo taurino, el olor de los empresarios, a putas, a dentaduras falsas y coñac'.

El protagonista del libro se llama Anacleto (el nombre se lo ponen las monjas que lo recogen de niño) y él mismo se lo cambia por el más taurino de Manuel Heredia, que se lo roba a un camionero. También hay bailarines de tablao, como Ojete Turbo. Anacleto es bizco y lleva en la plaza siempre al lado un gitano que le dice: 'El toro por la derecha, el toro por la izquierda', hasta que un día lo sorprende una muerte estúpida. Canales concluye: 'Anacleto llega dos minutos tarde a todo en la vida, hasta la hora de morir'.

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