El Insalud seguirá funcionando tres meses para evitar vacíos en el traspaso de Sanidad

El Gobierno anuncia una tarjeta única con datos clínicos básicos del paciente

El Insalud seguirá funcionando al menos tres meses más, ampliables a seis, para asegurar que el traspaso el 1 de enero de la Sanidad a las 10 autonomías que aún no tenían esta competencia se realize sin problemas. En estos tres meses, la competencia sobre Sanidad ya será del consejero de cada comunidad autónoma, pero el servicio lo seguirán prestando los trabajadores del Insalud, temporalmente a sus órdenes. Murcia es la única comunidad que ha renunciado a ese periodo transitorio. Madrid ha pactado dos meses de transición y las restantes aceptan el trimestre de prórroga.

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El Insalud seguirá funcionando al menos tres meses más, ampliables a seis, para asegurar que el traspaso el 1 de enero de la Sanidad a las 10 autonomías que aún no tenían esta competencia se realize sin problemas. En estos tres meses, la competencia sobre Sanidad ya será del consejero de cada comunidad autónoma, pero el servicio lo seguirán prestando los trabajadores del Insalud, temporalmente a sus órdenes. Murcia es la única comunidad que ha renunciado a ese periodo transitorio. Madrid ha pactado dos meses de transición y las restantes aceptan el trimestre de prórroga.

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El objetivo de este periodo transitorio es que 'los pacientes no noten ninguna merma en el servicio sanitario debido al traspaso', según afirmó ayer la ministra de Sanidad, Celia Villalobos. El consejero de Sanidad de Madrid, José Ignacio Echaniz, aseguró que con dos meses de prórroga tendrán suficiente para 'cablear y adaptar los sistemas contables' a los del Insalud: 'Intentaremos estar enganchados a finales de febrero'. Hasta entonces, será el Insalud quien se encargue de las cuestiones de personal, inversiones o conciertos. Las autonomías gobernadas por los socialistas agotarán, en principio, los tres meses de periodo transitorio pues, según la responsable de Sanidad de la dirección del PSOE, Consuelo Rumí, lo importante es 'hacer bien' el traspaso y garantizar que los ciudadanos sólo lo noten como una 'mejora' en el servicio.

El ministerio ha citado para la segunda semana de enero, una a una, a las 10 comunidades que asumen la Sanidad -Aragón, Asturias, Baleares, Cantabria, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Extremadura, La Rioja y Murcia- para cerrar el inventario de edificios y el personal a transferir. El traspaso de la Sanidad, según los datos ofrecidos por las propias comunidades, supondrá que éstas pasarán a gestionar algo más de dos billones de pesetas adicionales de presupuesto. Según el Gobierno, es algo menos de dos billones, así como 140.000 empleados públicos, 83 hospitales y 35.000 camas hospitalarias.

Pérdida de competencias

El traspaso de la Sanidad deja sin su principal función al Ministerio de Sanidad. Su titular aseguró ayer que al perder 'la estructura de proveedor de servicios se convertirán en el garante de una sanidad igual para todos'. Aseguró que no tiene interés en 'jubilarse' y que el ministerio pondrá desde ahora más 'enfasis en su segundo apellido: consumo, y quiere ser de salud y consumo'.

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El primer compromiso para esa nueva etapa será la puesta en marcha de una tarjeta sanitaria 'única e igual' para todas las comunidades autónomas que contenga, además de los datos personales del ciudadano, un historial médico básico. Como los habitantes de las 10 autonomías que asumen la sanidad ya tienen una tarjeta única, la del Insalud, ésta no cambiará hasta que se ponga en marcha la más moderna con datos médicos.

El consejero de Sanidad de Madrid apostilla que la tarjeta sanitaria acabará siendo única en toda la Unión Europea y que la incorporación del historial médico básico del paciente facilitará el tratamiento de los desplazados, una de las cuestiones clave para las autonomías con más población y con mayores dotaciones hospitalarias.

El 'fondo de desplazados' es una de las cuestiones clave para garantizar la equidad del sistema. Madrid condicion la 'flexibilidad' con la que acogerá pacientes de otras autonomías al buen funcionamiento de ese fondo. Su vigilancia quedará en manos del ministerio, así como la 'alta inspección' que tantas ampollas ha levantado en Cataluña, una autonomía que gestiona la sanidad desde 1981 y que teme que el ministerio se inmiscuya ahora en su trabajo 'al quedarse sin competencias'. Villalobos contestó así a los temores de Cataluña: 'Tal vez Pujol se pone el parcha antes de que le salga el grano'.

Junto a esas tareas de inspección y coordinación, Villalobos anunció una vigilancia más estrecha a la sanidad privada, para 'comprobar si tiene los niveles de calidad adecuados'.

Las 10 autonomías que reciben el día 1 la sanidad se encontrarán con una factura a pagar con el nuevo sistema de financiación autonómica, ligado indefectiblemente por el Partido Popular al traspaso de la sanidad. Éste incluye el traspaso del 33% del IRPF, el 35% del IVA, el 40% del impuesto especial sobre hidrocarburos, tabaco, alcoholes y cerveza, y los impuestos sobre electricidad y matriculaciones.

Además de esa transferencia impositiva, el Gobierno aprobó, con el rechazo del PSOE, un nuevo impuesto sobre el consumo de gasolina de ocho pesetas por litro, en dos tramos, de cuatro pesetas cada uno, destinado, según el Gobierno, a la sanidad. Los gobiernos autonómicos del PSOE han dicho que no aplicarán el tramo autonómico de ese tributo.

Celia Villalobos, con cuatro consejeros de Sanidad, en la reunión de ayer en Madrid.MANUEL ESCALERA

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