El ex rey anuncia que regresa pronto a su país en un mensaje televisado

El ex rey de Afganistán, Mohamed Zahir Shah, que reside en Roma desde hace 28 años, tenía previsto enviar anoche un mensaje a la nación, a través de la televisión occidental y de la radio afgana, en el que hace un llamamiento a la moderación y promete un regreso próximo al país. 'Llamo a la unidad del pueblo afgano', dice el texto, redactado por el ex monarca y sus consejeros, en inglés y en pastún, en su domicilio de La Olgiata, a las afueras de la capital italiana.

'Evitad las venganzas y respetad los derechos de los pueblos. Muy pronto regresaré a servir a mi país, pero no como sober...

El ex rey de Afganistán, Mohamed Zahir Shah, que reside en Roma desde hace 28 años, tenía previsto enviar anoche un mensaje a la nación, a través de la televisión occidental y de la radio afgana, en el que hace un llamamiento a la moderación y promete un regreso próximo al país. 'Llamo a la unidad del pueblo afgano', dice el texto, redactado por el ex monarca y sus consejeros, en inglés y en pastún, en su domicilio de La Olgiata, a las afueras de la capital italiana.

'Evitad las venganzas y respetad los derechos de los pueblos. Muy pronto regresaré a servir a mi país, pero no como soberano, sino como un servidor de Afganistán'. Zahir Shah subraya en su mensaje que el futuro del país está en la Loya Jirga, la asamblea de notables. 'Invito a unirse, al pueblo y a los líderes de las diversas partes, a la Loya Jirga que será convocada enseguida y permitirá la formación de un Gobierno representativo de todo el pueblo afgano'. El ex rey insta también a los señores de la guerra a que respeten las reglas internacionales sobre los prisioneros de guerra. 'Los que se rindan tendrán que ser respetados', añade el monarca exiliado.

El ex soberano recibió el martes al enviado de Estados Unidos, James Dobbins, quien, una vez confirmada la toma de Kabul por las tropas de la Alianza del Norte, cambió sus planes de visitar Turquía por un viaje a Islamabad. Círculos próximos a Zahir Shah no ocultan la preocupación que les produce ver la capital de Afganistán en manos de un solo grupo étnico. El entusiasmo inicial del Gobierno de Washington por una restauración de la monarquía de Zahir ha dado paso a una actitud cautelosa.

Ni siquiera el ministro italiano de Exteriores, Renato Ruggiero, que hasta ahora había defendido las cualidades mediadoras de Zahir Shah, en tanto que personalidad capaz de suscitar consenso entre las partes, parece ahora convencido del papel del ex monarca, perteneciente a la mayoría pastún y favorable a incluir elementos moderados de los talibanes en un hipotético Gobierno.