La Vega Baja aumenta el cultivo de hortalizas tras asegurarse el riego

Las plantaciones de hortalizas se han multiplicado en los últimos meses en la Vega Baja del Segura gracias a los desembalses enviados por la Confederación Hidrográfica del Segura y a las lluvias caídas durante el mes de septiembre. A finales de ese mes concluyó un año hidrológico considerado 'excepcional' por los regantes tradicionales del Segura, que cultivan unas 27.000 hectáreas en la Vega Baja.

De marzo a septiembre esos regantes tradicionales (aquéllos que sólo riegan con aguas del Segura y no tienen acceso a los trasvases del Tajo-Segura) han recibido cuatro riegos que han sumado ...

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Las plantaciones de hortalizas se han multiplicado en los últimos meses en la Vega Baja del Segura gracias a los desembalses enviados por la Confederación Hidrográfica del Segura y a las lluvias caídas durante el mes de septiembre. A finales de ese mes concluyó un año hidrológico considerado 'excepcional' por los regantes tradicionales del Segura, que cultivan unas 27.000 hectáreas en la Vega Baja.

De marzo a septiembre esos regantes tradicionales (aquéllos que sólo riegan con aguas del Segura y no tienen acceso a los trasvases del Tajo-Segura) han recibido cuatro riegos que han sumado para sus huertas más de 100 hectómetros cúbicos de agua, 'algo que no ocurría desde hace cinco o seis años', explicó el juez del Juzgado Privativo de Aguas de Orihuela, Antonio Barberá Seva, quien confirmó que gracias a los buenos caudales de agua recibidos este año (y a las lluvias que los han completado) en la huerta del Segura 'todo el mundo se han lanzado a plantar verduras y hortalizas, y esperemos que puedan sacarlas adelante porque hay que regarlas cada quince días'.

De las 27.000 hectáreas de regadío tradicionales, casi la mitad están ocupadas por cítricos -limones, naranjas y mandarinas- mientras que el resto se dedica fundamentalmente al cultivo de verduras y hortalizas de todo tipo, con preponderancia de lechuga, bróculi, alcachofa, patata, tomate, escarola, apio, melón y algunos otros productos. La fuerte sequía sufrida por la Cuenca del Segura a mediados de los 90, cuando los agricultores del regadío tradicional sólo recibían un par de escasos riegos al año y casi nada de lluvia, provocó una paulatina desertización de la huerta.

Esta situación ha dado un vuelco este año gracias a la abundancia de caudales. Los agricultores recibieron un riego el pasado mes de marzo y promesas de dos o tres más. Empezaron entonces a plantar sus parcelas con hortalizas y poco a poco, gracias a la seguridad que tenían a medida que cada riego se repetía, han sido plantadas cada vez más parcelas de hortalizas.

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