El Senado bloqueará el escudo espacial de Bush

La nueva mayoría demócrata también descartará el polémico plan energético de la Casa Blanca

Los demócratas empiezan a lucir su recién estrenada mayoría en el Senado de Estados Unidos. El nuevo líder de la cámara, Tom Daschle, ha descartado la aprobación de dos de los planes más polémicos de George W. Bush, la creación de un escudo antimisiles y la extracción de petróleo en la reserva natural ártica de Alaska. En un esfuerzo desesperado por salvar su escudo, que suscita rechazo entre los demócratas y los aliados europeos, el presidente intentará el mes que viene ganarse el apoyo de Putin. El cambio de filas del centrista James Jeffords, que no ha podido soportar la derechización de lo...

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Los demócratas empiezan a lucir su recién estrenada mayoría en el Senado de Estados Unidos. El nuevo líder de la cámara, Tom Daschle, ha descartado la aprobación de dos de los planes más polémicos de George W. Bush, la creación de un escudo antimisiles y la extracción de petróleo en la reserva natural ártica de Alaska. En un esfuerzo desesperado por salvar su escudo, que suscita rechazo entre los demócratas y los aliados europeos, el presidente intentará el mes que viene ganarse el apoyo de Putin. El cambio de filas del centrista James Jeffords, que no ha podido soportar la derechización de los republicanos y se alineará como independiente con los demócratas, tendrá enormes consecuencias geopolíticas. Bush ya no puede contar con el apoyo del Senado para romper el tratado de 1972 contra la proliferación de misiles balísticos y empezar a construir su escudo galáctico antimisiles.

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El demócrata Tom Daschle, que fijará la agenda del Senado, anunció el domingo que no se opondría a financiar la parte teórica del plan. 'Estamos a favor de proseguir la investigación' sobre armamento defensivo, declaró. Pero añadió que era mala idea provocar la desconfianza de Rusia y China, y que las dudas sobre la viabilidad del escudo resultaban excesivas. 'Si me pregunta', le dijo a su entrevistador, 'si debemos comprometernos con algo que aún no se ha demostrado que funcione, le respondería que no'. Bush ya contaba con el rechazo de los demócratas. Mientras Daschle lo hacía explícito, la Casa Blanca ideaba ya una vía para ganarse el apoyo de un aliado tan inverosímil como el Gobierno ruso. Cuando Bush se encuentre por primera vez con el presidente de Rusia, Vladímir Putin, el 16 de junio en Eslovenia, le propondrá un acuerdo: si Moscú respalda la nueva versión de la guerra de las galaxias, Washington le comprará armamento y proporcionará dinero para renovar el deteriorado sistema de radares ruso.

Con Putin en su bando, el presidente Bush tendría argumentos para convencer a la UE y a los parlamentarios demócratas. Condoleeza Rice, la asesora de Seguridad Nacional, cree que vale la pena jugar la carta de Putin, según informaba ayer The New York Times, aunque sea una opción muy improbable. Los ministros rusos de Defensa, Serguéi Ivanov, y de Exteriores, Ígor Ivanov, negaron ayer que EE UU haya realizado esta oferta, informa Luis Matías López.

El presidente puede aún intentar salvar su escudo antimisiles. Su plan energético, sin embargo, es ya papel mojado. La idea de extraer petróleo en zonas protegidas de Alaska puede darse por 'muerta y liquidada', afirmó Daschler. Y en situación similar queda el proyecto de construir nuevas centrales nucleares: 'Hasta disponer de garantías sobre cómo vamos a resolver el problema de los residuos radiactivos, creo que nos resultará imposible expandir la energía nuclear', opinó el nuevo jefe del Senado.

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