Columna

Miradas fijas en el PSOE

Socialistas vascos piden a Madrid que evite gestos que puedan tomarse como fruto de la indecisión

Las segundas lecturas de los posibles resultados de las elecciones vascas, es decir, su repercusión en el conjunto del electorado español y en la marcha de los propios partidos que acuden a las urnas el 13 de mayo, empiezan a ocupar casi tanto tiempo a los responsables políticos como el análisis de las posibles combinaciones de voto el día después de los comicios.

En el caso de los socialistas, la posibilidad de obtener un resultado idéntico al actual, o incluso perder un escaño, como auguran algunas encuestas, plantea una gran inquietud interna, no sólo por su posible repercusió...

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Las segundas lecturas de los posibles resultados de las elecciones vascas, es decir, su repercusión en el conjunto del electorado español y en la marcha de los propios partidos que acuden a las urnas el 13 de mayo, empiezan a ocupar casi tanto tiempo a los responsables políticos como el análisis de las posibles combinaciones de voto el día después de los comicios.

En el caso de los socialistas, la posibilidad de obtener un resultado idéntico al actual, o incluso perder un escaño, como auguran algunas encuestas, plantea una gran inquietud interna, no sólo por su posible repercusión en la capacidad de liderazgo de José Luis Rodríguez Zapatero, sino también en el fortalecimiento de quienes menos comparten su línea de oposición tranquila y pactos con el Gobierno del PP. Zapatero, que lleva dos semanas reuniéndose en privado con numerosos especialistas en el tema vasco (desde sociólogos e historiadores hasta comentaristas políticos y economistas), mantiene, sin embargo, que las encuestas son 'muy poco predictivas' y que la campaña permitirá movilizar a su electorado potencial.

Los populares admiten que son los que menos se juegan en el resultado electoral
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La mayoría de los dirigentes socialistas vascos transmite la impresión de que la realidad electoral va a ser muy distinta a la que dibujan los sondeos y que, si la dirección del PSOE es capaz de mantener una línea de firmeza frente al PNV y controla la imagen de indecisión que, a su juicio, fomentan algunos responsables en Madrid, los resultados finales serán satisfactorios y permitirán un gobierno no nacionalista. Será entonces, afirman, cuando, a través de las diputaciones y otros organismos autonómicos, se busque la colaboración transversal con el PNV, para que no queden fuera de las estructuras de poder político.

En el PNV, por su parte, no parecen existir dudas sobre la capacidad del partido para mantenerse como el más votado. 'El día 14 seremos los que primero intentaremos formar Gobierno, porque seremos el partido con más votos y con más escaños', asegura un dirigente vizcaíno, que admite, sin embargo, que la posibilidad de volver a Ajuria Enea dependerá no tanto de sus propios resultados sino de los que obtengan conjuntamente PP y PSOE. Si los constitucionalistas llegan a reunir 35 ó 36 escaños, considera 'muy probable' que formen un Gobierno de coalición.

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Algunos militantes significados no ocultan su doble sentimiento: desean que, tal y como dicen sus encuestas, la coalición PNV-EA alcance o incluso supere ligeramente los 30 escaños (en lugar de los 27 de que disponían conjuntamente en esta legislatura), pero al mismo tiempo temen que un resultado parecido se interprete, en clave interna, como un éxito de la línea desarrollada en los últimos años por Xabier Arzalluz y Joseba Egibar.

'Si el resultado es bueno, es posible que algunos pretendan fortalecer el espíritu de Lizarra', comenta un ex diputado, retirado de la política, que, en ese caso, no confía en la capacidad de los críticos con Lizarra para oponerse internamente a un análisis parecido. Otro militante, que admite no representar a una corriente, 'ni siquiera una minoría significativa', pero que tampoco cree ser un caso extraño en el partido, se queja: 'Lo más asombroso será que tengamos que estar contentos porque, gracias a la línea de Egibar, hemos quitado votos a EH y logrado 30 escaños, y al mismo tiempo nos veamos fuera del Gobierno. ¿Eso también se agradece?'.

Para los populares, el 14 de mayo, lo más importante -aparte de las posibles combinaciones de Gobierno- será la lectura 'por bloques'. 'Nuestras encuestas no dan al PNV-EA más de 28 escaños', dice un alto dirigente del PP, 'pero aun en el caso de que ellos tuvieran razón y llegaran a los 30, ¿cuántos tendría EH, seis o siete, en lugar de los 14 de ahora? Si es así, significaría que el bloque nacionalista habría perdido más de cinco escaños. Firmo ahora mismo'.

Los responsables del PP admiten que son el partido que menos se juega en el resultado electoral. 'Por supuesto, nos jugamos cosas muy importantes, como poder formar gobierno en Vitoria y proteger mejor a nuestra gente', afirma un miembro de la ejecutiva, 'pero en términos de política electoral, no nos jugamos gran cosa: lleguemos o no al Gobierno vasco, los populares vamos a tener un buen resultado y los buenos resultados vascos ayudarán también en las elecciones gallegas, en octubre, y en todas las futuras elecciones'.

Este dirigente popular asegura no compartir el criterio de quienes creen que un pacto PP-PSOE perjudicaría a nivel nacional a los socialistas. 'Creo que el PNV y Arzalluz tienen una imagen tan terrible en el conjunto del país, que todo el mundo comprende que se trata de un caso de fuerza mayor y que, en el resto de España, se entendería un Gobierno de coalición. Es más, estoy seguro de que, en ese caso, la oposición socialista sería más incómoda para nosotros porque buscaría contrarrestar con una dinámica nacional de confrontación'.

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