Portugal evita la censura en el último momento

Portugal ha estado bastante cerca del abismo. La Comisión Europea ha elevado un dictamen favorable sobre el programa de estabilidad actualizado de Portugal, pero con la seria advertencia de que 'la evolución presupuestaria en 2000 no ha sido plenamente conforme a las grandes orientaciones de política económica, que preconizaban un estricto respeto del objetivo presupuestario'.

El comisario Pedro Solbes llegó a sopesar días atrás la posibilidad de verse obligado a censurar el presupuesto portugués justo después de haberlo hecho con Irlanda, lo que hubiera dado cuerpo a la especie de que ...

Portugal ha estado bastante cerca del abismo. La Comisión Europea ha elevado un dictamen favorable sobre el programa de estabilidad actualizado de Portugal, pero con la seria advertencia de que 'la evolución presupuestaria en 2000 no ha sido plenamente conforme a las grandes orientaciones de política económica, que preconizaban un estricto respeto del objetivo presupuestario'.

El comisario Pedro Solbes llegó a sopesar días atrás la posibilidad de verse obligado a censurar el presupuesto portugués justo después de haberlo hecho con Irlanda, lo que hubiera dado cuerpo a la especie de que Bruselas sólo se atreve a censurar a los países pequeños. Finalmente, la Comisión aprobó el plan portugués, pero sitúa sus cuentas en el ojo del huracán ante las orientaciones del año que viene.

El principal problema portugués es la lenta reducción de su déficit público y su apuesta por el aumento de la recaudación fiscal. El déficit sólo entrará en la senda de los mínimos requeridos a partir del año que viene y no alcanzará el equilibrio presupuestario hasta 2004. El año pasado se cerró con un déficit público del 1,5%, y eso gracias a los ingresos extraordinarios obtenidos con las licencias de la telefonía móvil de tercera generación, las UMTS, equivalentes a medio punto de déficit.

La Comisión recomienda al Gobierno de António Guterres que acelere el ritmo de reducción del déficit y un estricto control del gasto público corriente. La política presupuestaria rigurosa es especialmente necesaria por el desequilibrio del sector exterior, un problema a corregir 'para volver a la senda de un crecimiento más dinámico'.