Medio Ambiente apoya la quema de harinas animales en cementeras

Alemania alerta del peligro de las salchichas

El ministro de Medio Ambiente, Jaume Matas, mostró ayer su apoyo a la destrucción de las harinas animales en los hornos de las cementeras. En esta línea, Matas añadió que la mejor forma de eliminar las reses que sean sacrificadas para evitar nuevos casos de vacas locas (las de más de 30 meses dedicadas al consumo humano) es convertirlas previamente en harinas y luego incinerarlas a través de las cementeras, informe Efe.La semana pasada, la patronal de las cementeras (Oficemen) ofreció las instalaciones de 20 de sus empresas para incinerar las harinas animales. Sin la participación de es...

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El ministro de Medio Ambiente, Jaume Matas, mostró ayer su apoyo a la destrucción de las harinas animales en los hornos de las cementeras. En esta línea, Matas añadió que la mejor forma de eliminar las reses que sean sacrificadas para evitar nuevos casos de vacas locas (las de más de 30 meses dedicadas al consumo humano) es convertirlas previamente en harinas y luego incinerarlas a través de las cementeras, informe Efe.La semana pasada, la patronal de las cementeras (Oficemen) ofreció las instalaciones de 20 de sus empresas para incinerar las harinas animales. Sin la participación de esas instalaciones la Administración debería construir decenas de incineradoras, con un coste de 2.000 millones cada una. La oferta de Oficemen incluye que el Gobierno asuma los 6.000 millones que costaría adaptar sus plantas al nuevo cometido.

Por otra parte, el Gobierno germano reconoció ayer dos nuevos casos de vacas locas, con lo que el total asciende ya a cinco. El canciller dijo que estaba buscando nuevas medidas para mantener la confianza de los consumidores en las salchichas, uno de los productos más consumidos en el país. La pretensión inicial del Gobierno fue prohibir la venta de todo producto alimenticio con ingredientes de vacuno. Finalmente, la Administración dio marcha atrás por considerar ilegal esa pretensión.

El problema es que, a pesar de que desde octubre está prohibida la venta de productos de origen vacuno que contengan materiales específicos de riesgo (ojos, médula o sesos), las salchichas tienen un amplio margen de caducidad por lo que es posible que queden en las estanterías productos fabricados con anterioridad a la prohición. La salida del Gobierno alemán fue advertir a los fabricantes y comerciantes para que ellos mismos tomaran la decisión de retirar esos productos de los comercios.

En el Reino Unido, cinco personas fueron ayer condenadas por desviar 1.300 toneladas de comida para animales al consumo humano a través de carnicerías, supermercados y restaurantes.

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