La colegiata de León exhibe tesoros de las coronas de Castilla y Aragón

La colegiata de San Isidoro, asentada junto a la muralla romana de la capital leonesa, donde reposan los restos de una veintena de reyes y reinas de León, abre hoy al público una singular muestra, de entre los siglos X y XIV, de los tesoros de las coronas de Castilla y Aragón, con 117 piezas significativas del reinado de Fernando I y su esposa, Sancha, entre otros monarcas. Bajo el título Maravillas de la España medieval, la exposición relata, con joyas y obras maestras de su estilo y época, la relación entre la monarquía y la Iglesia, desde los primeros monarcas visigodos, a los que, s...

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Donaciones a la Iglesia

La colegiata de San Isidoro, asentada junto a la muralla romana de la capital leonesa, donde reposan los restos de una veintena de reyes y reinas de León, abre hoy al público una singular muestra, de entre los siglos X y XIV, de los tesoros de las coronas de Castilla y Aragón, con 117 piezas significativas del reinado de Fernando I y su esposa, Sancha, entre otros monarcas. Bajo el título Maravillas de la España medieval, la exposición relata, con joyas y obras maestras de su estilo y época, la relación entre la monarquía y la Iglesia, desde los primeros monarcas visigodos, a los que, según los expertos, se les consideraba "los ángeles de Dios", hasta los Reyes Católicos, estrechamente ligados al mundo de la Iglesia, pero independientes de ella.

La muestra recoge espadas, códices, cruces, custodias, arcas, cálices -como el de ónix, oro y piedras preciosas de Doña Urraca-, reliquias, las mejores piezas de orfebrería en oro y plata de la época, y otros objetos litúrgicos. Entre las piezas más espectaculares por su importancia histórica y artística están los objetos votivos de Guarrazar, símbolo de la monarquía medieval y las joyas de la Cámara Santa de la catedral de Oviedo.

En opinión de Isidro Bango, catedrático de arte y comisario de la exposición, es "como un libro de historia con ilustraciones reales", que posibilita contemplar juntos por primera vez la mayoría de los tesoros de Fernando I. Para el abad de la colegiata, Antonio Viñayo, "nunca desde Fenando I había habido tantos tesoros juntos en San Isidoro".

Algunas de las piezas más importantes, donadas a la Iglesia por los monarcas, han llegado del Museo Metropolitano de Nueva York, de París, de Baleares, Salamanca, Valencia, el Museo Arqueológico Nacional, el Palacio Real o de la catedral de Oviedo. El cabildo asturiano, no obstante, no pudo ceder el arca santa, tal y como pretendían los organizadores de la exposición, la Junta de Castilla y León, Cabildo Colegial de San Isidoro y Caja España. Otras obras de arte han vuelto con la exposición a su lugar de origen tras más de ocho siglos, como una virgen de oro, patrona de Salamanca. Hace cuatro años se frustró un proyecto similar para unir gran parte de estas piezas en el museo neoyorquino.

La exposición de León se extiende a lo largo de 1.200 metros cuadrados de la colegiata de San Isidoro y ha supuesto un coste cercano a los 300 millones de pesetas. La muestra concluirá el próximo día 28 de febrero.

En capítulos, el proyecto explica en las multicolores páginas de los códices numerosos aspectos del rey consagrado, ungido y coronado. La confusión de la memoria representa una iconografía que confunde la imagen del rey con la figura de Dios. Tales son los casos de reyes como Ordoño II, Pedro el Ceremonioso y Alfonso XI. La Epifanía de Cervera de Pisuerga se creyó durante años que era un cuadro de familia real.

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