Cumbre en La Haya sobre el cambio climático

España prepara para 2001 una estrategia nacional del clima

La energía nuclear, excluida de las medidas

La estrategia nacional para hacer frente al cambio climático, que la anterior ministra de Medio Ambiente, Isabel Tocino, ya anunció hace dos años, estará lista en 2001, según declaró en vísperas de la conferencia de La Haya Germán Glaria, director general de Calidad y Educación Ambiental, del Ministerio de Medio Ambiente. Por ahora, explicó, se ha avanzado en energías renovables, en medidas para fortalecer el transporte por ferrocarril y en vertederos.

El compromiso que España debería cumplir de aprobarse el protocolo de Kioto es de no aumentar en 2008-2012 sus emisiones de gases de efe...

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La estrategia nacional para hacer frente al cambio climático, que la anterior ministra de Medio Ambiente, Isabel Tocino, ya anunció hace dos años, estará lista en 2001, según declaró en vísperas de la conferencia de La Haya Germán Glaria, director general de Calidad y Educación Ambiental, del Ministerio de Medio Ambiente. Por ahora, explicó, se ha avanzado en energías renovables, en medidas para fortalecer el transporte por ferrocarril y en vertederos.

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Propuesta muy contestada

El compromiso que España debería cumplir de aprobarse el protocolo de Kioto es de no aumentar en 2008-2012 sus emisiones de gases de efecto invernadero más allá de un 15% respecto al nivel de 1990. Este margen de incremento se compensa dentro de la UE para cumplir el objetivo común de reducción de un 8%.De momento, las cifras oficiales de emisiones para España, que se refieren a 1998 como último año para el que hay datos, indican un aumento del 19,4% de dióxido de carbono equivalente (una forma de cuantificar las emisiones en los seis gases de efecto contemplados en el Protocolo de Kioto referida al principal de dichos agentes contaminantes). Varias organizaciones ecologistas estiman en un 26% el aumento de las emisiones registrado hasta la fecha.

Ante la cumbre de La Haya, como en las otras cinco conferencias de las partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el tema, España actúa en el marco común de la UE, cuyos ministros de Medio Ambiente celebraron recientemente un consejo monográfico sobre cambio climático. La UE viene jugando un papel más agresivo como defensora del medio ambiente en las negociaciones del clima que el resto de los países desarrollados y más receptivo ante las reivindicaciones de los países en vías de desarrollo. Los Quince quieren firmar todos a la vez el Protocolo de Kioto y son partidarios de que la firma se verifique cuanto antes, a ser posible en el plazo de dos años.

La postura de la UE es que se establezcan limitaciones a la utilización de los mecanismos de flexibilidad del Protocolo de Kioto (compraventa de cupos de emisiones de gases de efecto invernadero entre países, desarrollo limpio y proyectos de aplicación conjunta) para que quienes tienen que reducir sus emisiones tomen medidas domésticas para cumplir su compromiso y no recurran de forma sistemática a dichos mecanismos.

"Queremos alcanzar un acuerdo con las condiciones necesarias para que se pueda ratificar el Protocolo de Kioto", comentó Glaria, miembro de la delegación española en la cumbre de La Haya. Pero tras defender una flexibilidad en las negociaciones, la postura española, y de la UE, es que no vale todo con tal de firmar al final algo "que desnaturalice" la Convención Marco de Naciones Unidas y el Protocolo de Kioto. La representación española está integrada por miembros de los Ministerios de Medio Ambiente, Economía y Ciencia y Tecnología.

Uno de los puntos en el que la unanimidad europea es más ardua se refiere a la energía nuclear, y España se manifiesta contraria a incluir esta alternativa en los mecanismos del Protocolo de Kioto. Canadá propuso que las centrales nucleares, en tanto que no emiten gases de efecto invernadero, se incluyesen en las alternativas tecnológicas contempladas en los mecanismos de flexibilidad. La propuesta fue muy contestada.Dentro de la UE, algunos países, como Francia, cuya estrategia energética descansa en la opción nuclear, no descartan esta propuesta de forma tan drástica. "España se opone a considerar la energía nuclear en la lista de opciones de desarrollo limpio y de aplicación conjunta", afirmó Glaria.

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