La UE inicia un expediente por la contaminación del acuífero de 66 poblaciones del Empordà

La Comisión Europea ha iniciado un proceso sancionador contra el Estado español tras una denuncia del Grupo de Defensa del Ter (GDT) por la contaminación que las granjas de cerdos del Empordà han causado a un acuífero del bajo Ter. La Comisión entiende que la Administración podría haber vulnerado hasta cinco directivas europeas, una de ellas sobre la información pública de la calidad del agua. Según una portavoz del GDT, "los habitantes de 66 municipios del Empordà han consumido agua contaminada durante 10 años sin ser advertidos de ello".

La mayor parte de los municipios afectados por ...

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La Comisión Europea ha iniciado un proceso sancionador contra el Estado español tras una denuncia del Grupo de Defensa del Ter (GDT) por la contaminación que las granjas de cerdos del Empordà han causado a un acuífero del bajo Ter. La Comisión entiende que la Administración podría haber vulnerado hasta cinco directivas europeas, una de ellas sobre la información pública de la calidad del agua. Según una portavoz del GDT, "los habitantes de 66 municipios del Empordà han consumido agua contaminada durante 10 años sin ser advertidos de ello".

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Competencias autonómicas

La mayor parte de los municipios afectados por la contaminación del acuífero del bajo Ter pertenecen a las comarcas del Alt y el Baix Empordà. En estos pueblos ya no se puede consumir el agua de la red pública, porque contiene una elevada concentración de nitratos. Por ello los ayuntamientos han tenido que realizar importantes inversiones para captar agua de acuíferos aún no contaminados. Los ecologistas del GDT denunciaron esta situación ante la Comisión Europea el pasado mes de febrero. Inmediatamente después, este organismo se dirigió a la Administración central para pedir toda la información al respecto.

Las competencias de Agricultura, Medio Ambiente y Sanidad en Cataluña son de la Generalitat, por lo que es esta administración la responsable de velar por que los vertidos ganaderos no perjudiquen a los ciudadanos. La carta que la Comisión ha remitido a los ecologistas esta semana asegura que la información facilitada no ha sido "satisfactoria". Por esta razón, Bruselas acusa al Estado español de vulnerar cinco directivas europeas sobre tratamiento de residuos, impacto urbanístico de determinadas granjas y a calidad de las aguas para consumo humano. Asimismo, la Comisión considera que el Gobierno también habría incumplido su obligación de informar a los ciudadanos acerca de la calidad del agua. El GDT confirma este último punto asegurando que los departamentos de Medio Ambiente y Sanidad nunca les han permitido acceder a los análisis completos del agua de la zona. "Las pocas veces que Medio Ambiente ha respondido a nuestras peticiones se ha limitado a afirmar que el agua era potable", aseguró ayer un portavoz del grupo ecologista. El PAÍS se puso ayer en contacto con el Departamento de Medio Ambiente, pero sus responsables se negaron a hacer declaraciones.

A pesar de las explicaciones que recibieron los ecologistas, varios análisis encargados por los ayuntamientos aseguran que el agua del grifo de algunas poblaciones duplica y hasta triplica la concentración máxima de nitratos que permite la Unión Europea, que es de 50 miligramos por litro. Bàscara, Foixà, Cabanes, el Far d'Empordà y Ventalló son algunas de las poblaciones del bajo Ter con un mayor índice de nitratos. La mayor parte de éstas tienen una concentración en el agua que duplica el máximo permitido por las autoridades sanitarias.

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Los ayuntamientos más afectados han tenido que hacer nuevas captaciones de agua o conectar su red de utilización pública a la de municipios vecinos con un menor índice de contaminación. La situación se hace más grave en los pozos particulares. Algunos de los que se han analizado presentan una concentración de nitratos 10 veces más alta de la permitida.

Pero el problema de los purines no sólo afecta al Empordà. Las comarcas de Lleida y otras de la Cataluña central como el Bages u Osona también tienen graves problemas ambientales producidos por la masiva implantación de granjas de cerdos. Los últimos censos de ganado porcino apuntan que en Cataluña se engordan unos seis millones de cerdos, la mayor parte de ellos en granjas de El Segrià, Plà d'Urgell, Bages, Osona y Baix Empordà.

Esta concentración hace que los purines se distribuyan irregularmente por los campos. Cuando llueve, los excedentes de nitratos se filtran al subsuelo y van a parar directamente a los acuíferos. Como consecuencia, el agua de pozos, fuentes y ríos subterráneos de estas zonas ya no es apta para el consumo humano. Los nitratos son, además, un componente que no desaparece del agua aunque ésta se hierva.

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