Tribuna:

Poeta de las formas

Eladio Dieste, como Sáenz de Oiza, tenía una fuerte personalidad y genialidad arrolladora. El trabajo de Dieste sobrepasó el ámbito de la ingeniería, construyendo espacios arquitectónicos sorprendentes y poéticos. Estaba en uno de sus mejores momentos: en Europa se había descubierto su obra y se construían extraordinarias formas con sus patentes y soluciones. América le había reconocido hace ya muchos años otorgándole sus principales galardones, como el Premio América, en reconocimiento a su obra global. Se ha ido en su mejor momento, dejando en una docena de países iberoamericanos y en España...

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Eladio Dieste, como Sáenz de Oiza, tenía una fuerte personalidad y genialidad arrolladora. El trabajo de Dieste sobrepasó el ámbito de la ingeniería, construyendo espacios arquitectónicos sorprendentes y poéticos. Estaba en uno de sus mejores momentos: en Europa se había descubierto su obra y se construían extraordinarias formas con sus patentes y soluciones. América le había reconocido hace ya muchos años otorgándole sus principales galardones, como el Premio América, en reconocimiento a su obra global. Se ha ido en su mejor momento, dejando en una docena de países iberoamericanos y en España escuelas de ingenieros y arquitectos que plantean y resuelven el empleo de grandes luces y originales formas constructivas, con materiales cerámicos y estructuras de doble cáscara. Una matemática que, por su armonía y equilibrio, parece simple y evidente. Un puente entre la tradición constructiva mediterránea transportada a Iberoamérica y la modernidad, por un camino en el que comenzaron a andar Gaudí, con sus estructuras matemáticas enmascaradas por el organicismo, y Guastavino, autor de los mayores alardes del Chicago de los años veinte.En Alemania y en Holanda comenzaron a estudiarse sus obras. Más tarde se interesaron en España los ámbitos profesionales y los relacionados con la Universidad: Politécnico de Barcelona, Junta de Andalucía, la Escuela de Madrid y la Universidad de Alcalá de Henares.

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La obra realizada en España recupera y abre nuevos caminos, en la valoración de los materiales cerámicos con el empleo del ladrillo y el ladrillo armado, en la creación de estancias adaptadas a la topografía y al paisaje, la utilización de fórmulas ondulantes, vistas, perspectivas, recuperando, en definitiva, la creación de nuevos espacios arquitectónicos bellos y sugerentes con materiales sencillos, vinculados a la tierra. Una revolución formal apoyada en la creación espacial. Magia y sorpresa de la arquitectura. Pero si la obra de Eladio Dieste, sus patentes estructurales e ingenios constructivos, está en los principales libros de historia de la arquitectura, también la huella de su personalidad quedará grabada en aquellos que tuvieron la suerte de asistir a sus lecciones y conocerle.

Conectaba con la gente joven y con los grandes profesionales y expertos en estructuras a los que también sorprendía. A todos abrió la puerta hacia un mundo de múltiples soluciones que por su perfección parecían simples y evidentes. Alguien le preguntó en una conferencia que por qué no se había llegado a estas soluciones de cálculo mucho antes, a lo que Dieste respondió que, francamente, a él también le sorprendía. Mucho hubieran ahorrado los calculistas de las grandes catedrales góticas con sus sencillas soluciones. .

Carlos Clemente es arquitecto

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