Reportaje:SANFERMINES 2000

En busca de la 'casta navarra'

La casta navarra existe. No es una referencia al proverbial ánimo festivo de los mozos sanfermineros, sino a la raza de ganado bravo autóctono que dio origen a ganaderías míticas como Carriquiri y que mantiene su estructura genética propia a pesar de la evolución y de los cruces con otras reses. La permanencia de los últimos ejemplares de la Casta brava Navarra es la constatación más sobresaliente de un estudio científico impulsado desde hace más de dos años por la Universidad de Zaragoza y técnicos del Instituto Técnico y de Gestión Ganadera (ITG Ganadero) del Gobierno navarro.Los científicos...

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La casta navarra existe. No es una referencia al proverbial ánimo festivo de los mozos sanfermineros, sino a la raza de ganado bravo autóctono que dio origen a ganaderías míticas como Carriquiri y que mantiene su estructura genética propia a pesar de la evolución y de los cruces con otras reses. La permanencia de los últimos ejemplares de la Casta brava Navarra es la constatación más sobresaliente de un estudio científico impulsado desde hace más de dos años por la Universidad de Zaragoza y técnicos del Instituto Técnico y de Gestión Ganadera (ITG Ganadero) del Gobierno navarro.Los científicos han hallado su entronque ibérico netamente diferenciado de la raza de lidia, y los ganaderos han constituido una asociación para defender su pervivencia. "De hecho, la casta navarra se ha incorporado ya como población autóctona española en el proyecto de biodiversidad que impulsa la UE con el objetivo de crear un banco de ADN que preserve las distintas razas animales del continente", subraya Miguel Reta Azcona, técnico del ITG, además de pastor asiduo de los encierros de San Fermín y ganadero aficionado.

El objetivo del estudio, además de identificar la raza y preservar sus últimos ejemplares, es potenciar la diferenciación. En Navarra hay censadas 44 ganaderías bravas. Sus dueños tenían la inquietud de saber qué quedaba de aquella casta original, cuyos orígenes documentados se remontan al siglo XVI. El Departamento de Agricultura y Ganadería destinó una subvención para buscar sus restos, en colaboración con la Universidad de Zaragoza. En la fase preliminar se recogieron 250 muestras de sangre de seis ganaderías de Funes, Villafranca, Ablitas, Marcilla y Tudela. "Escogimos las muestras de vaca colorada, ajustada a los cánones fisiológicos más puros", explica Miguel Reta. Unos cánones que aluden a un animal pequeño, de pelo colorado, cornamenta pequeña, mucha astucia y difícil manejo. Los sucesivos encastes han hecho que los actuales ejemplares sean más pesados y de más alzada (400 kilos y 130 centímetros de media) que los de hace un siglo.

Los investigadores confirmaron el parentesco de la Casta Navarra con otras del tronco cántabro: la raza pirenaica y la asturiana. Y decidieron comparar los resultados con las muestras de animales lidiados hace más de un siglo, en plena época de oro de la ganadería brava navarra. ¿Dónde encontrarlos? Pues colgando de las paredes de clubes taurinos y ganaderías. Cabezas disecadas con el pelo suficiente para poder realizar un análisis comparativo de ADN.

Una de ellas es la del toro de Carriquiri de nombre Llavero, lidiado en 1860 en Zaragoza, conservada en el Club Taurino de Pamplona, y que fue indultado y devuelto al corral tras recibir 53 varas sin una sola mención a la huida. Otras cabezas seleccionadas han sido halladas en Campocerrado (Cádiz), Zaragoza y Ejea de los Caballeros.

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