"Trabajar con Björk ha sido terriblemente doloroso"

ENVIADO ESPECIALAyer, Lars von Trier perdió sus miedos, su agorafobia y sus manías y se presentó ante los periodistas destacados en Cannes contento, feliz y bromista. El danés autor de Rompiendo las olas estuvo en Cannes junto a Catherine Deneuve y sin la protagonista de su filme, la cantante islandesa Björk, con quien ha tenido sus más y sus menos en el rodaje de este musical trágico y comprometido que ha parido su cabeza privilegiada. La cantante nórdica estuvo presente en la proyección de la película, aunque no compareció en la conferencia de prensa.

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ENVIADO ESPECIALAyer, Lars von Trier perdió sus miedos, su agorafobia y sus manías y se presentó ante los periodistas destacados en Cannes contento, feliz y bromista. El danés autor de Rompiendo las olas estuvo en Cannes junto a Catherine Deneuve y sin la protagonista de su filme, la cantante islandesa Björk, con quien ha tenido sus más y sus menos en el rodaje de este musical trágico y comprometido que ha parido su cabeza privilegiada. La cantante nórdica estuvo presente en la proyección de la película, aunque no compareció en la conferencia de prensa.

"Trabajar con Björk ha sido terriblemente doloroso", afirmó Von Trier. "Ha sido horrible, pero muy beneficioso también. Ella no es actriz y eso duele a la hora de afrontar ese tipo de papeles, pero es mejor porque no actúa, siente lo que hace, ha sido increíblemente duro para ella y para todos, no es fácil vivir tanto tiempo con un moribundo".

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Catherine Deneuve se presentó en Cannes como la especie de diosa pensante del cine francés que es. Vestida de azul turquesa, con pendientes de oro y sus pitillos blancos finísimos, ella, que de joven se arriesgó con Buñuel y ahora, en su esplendorosa madurez, se ha tirado a la piscina con Von Trier, no se asemejaba a la currita del buzo y el pañuelo en la cabeza que interpreta en este filme.

Deneuve alabó las virtudes del director y dio la voz de alerta para que los problemas con Björk, autora también de la banda sonora del filme, no hagan interferencias en el eco que ha causado la presentación internacional de Dancer in the dark. "En todos los rodajes hay peleas, gritos, lloros y disgustos. Ninguna película se hace sin tensión, pero lo que queremos todos que se resalte aquí es el resultado conseguido y que no se centre la atención en cosas que son menos importantes", comentó.

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