La modificación de un solo gen alarga un 35% la vida de los ratones

Mecanismos similares se habían comprobado hasta ahora sólo en animales inferiores

Un equipo de investigadores italianos ha descubierto que la supresión de un gen en ratones de laboratorio ha producido un alargamiento de un 35% de su vida sin que se produzcan efectos perjudiciales. El trabajo muestra por primera vez en mamíferos que los genes tienen un papel importante en la duración de la vida. Sin embargo, como casi siempre en biología molecular, la relación causa-efecto no está clara y la extrapolación de los resultados a los seres humanos resulta imposible por el momento. A pesar de ello, ya existe interés farmacéutico por el tema.

El sistema alterado en los raton...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Un equipo de investigadores italianos ha descubierto que la supresión de un gen en ratones de laboratorio ha producido un alargamiento de un 35% de su vida sin que se produzcan efectos perjudiciales. El trabajo muestra por primera vez en mamíferos que los genes tienen un papel importante en la duración de la vida. Sin embargo, como casi siempre en biología molecular, la relación causa-efecto no está clara y la extrapolación de los resultados a los seres humanos resulta imposible por el momento. A pesar de ello, ya existe interés farmacéutico por el tema.

Más información

El sistema alterado en los ratones por la modificación genética efectuada es el de respuesta al estrés causado por sustancias oxidantes. "Desde hace al menos 10 años sabemos que en ciertas especies animales, por ejemplo, las moscas, la duración de la vida está controlada por algunos genes, cuya eliminación provoca el alargamiento de la vida", explicó ayer en Milán Pier Giuseppe Pelicci, director del departamento de Oncología Experimental del Instituto Europeo de Oncología. "Sin embargo, nadie había probado hasta ahora que esto mismo es aplicable a los mamíferos", continuó Pelicci, quien ha dirigido los experimentos cuyas conclusiones se publican hoy en la revista Nature.Sin embargo, los resultados del trabajo plantean más preguntas que respuestas, advirtió Pelicci. Los ratones modificados genéticamente por su equipo parecen "perfectamente sanos" en condiciones de laboratorio y viven más.

La modificación ha consistido en suprimir el gen que controla una proteína que gobierna la respuesta celular al daño causado por oxidantes. Algunas sustancias, como la vitamina C, cuyas propiedades saludables defendió con tanto ardor el premio Nobel de Química Linus Pauling en la última etapa de su vida, son antioxidantes. Estas sustancias ayudan a proteger el organismo de los daños causados por agentes oxidantes -sustancias químicas o radiaciones como la ultravioleta- que alteran las proteínas y el material genético del cuerpo al añadir oxígeno o sustraer hidrógeno o electrones.

Envejecimiento

El estrés por oxidantes, como se denomina este proceso, puede ser un factor importante en el envejecimiento, ya que los daños se acumulan a medida que la célula envejece. Estudios realizados en organismos diversos, como la levadura, el gusano modelo C.elegans y la mosca modelo D.melanogaster, muestran una fuerte relación entre defectos genéticos en los mecanismos de respuesta al estrés por oxidantes y un fuerte alargamiento de la vida.En el caso de los ratones, no se conoce exactamente lo que hace la proteína cuyo gen se ha suprimido. Si su función normal fuera bloquear la reparación del daño por oxidantes puede que su ausencia haga que el organismo mantenga siempre alerta la respuesta celular ante ataques por oxidantes.

"Por ahora no se pueden hacer hipótesis sobre el ser humano", ha asegurado Pelicci, a pesar de que el mismo gen ha sido ya identificado en las personas. "Es posible imaginar un inhibidor enzimático específico que podría tener sobre la célula el mismo efecto que la eliminación del gen", dijo, sin embargo, el científico italiano. Es decir, que se puede pensar en un medicamento con los mismos efectos, tema por el que ya han mostrado su interés las empresas farmacéuticas.

Sin embargo, si se tienen en cuenta los mecanismos universales de la evolución, el panorama no resulta tan optimista. Cualquier alargamiento de la vida resulta tener un precio. Respecto a este misterioso gen, uno de los miembros del equipo italiano se ha preguntado: "¿Por qué la evolución de la especie ha seleccionado un gen aparentemente desventajoso para el individuo?".

Experimentos realizados anteriormente en ratones con el objetivo de alargar su vida han demostrado que existe un precio. Ratones mantenidos a una dieta con control estricto de calorías han vivido hasta un 50% más, pero eran animales más pequeños y menos fértiles, algo muy desventajoso desde el punto de vista evolutivo. Esta disminución de la fertilidad se ha visto también, junto a otros defectos, en los animales inferiores en los que se han realizado este tipo de experimentos.

Preguntas

Hasta ahora, Pelicci y los miembros de su equipo no han encontrado defectos en sus ratones, aparte de ligeras anormalidades en los pulmones, cuyo significado se desconoce. "Será importante probar si estos ratones son menos fértiles", ha comentado Leonard Guarente, un experto del Massachusetts Institute of Technology (MIT) de Estados Unidos. También se preguntan los expertos en qué grado se puede generalizar un experimento realizado en ratones de laboratorio que tienen un alto grado de consanguinidad.Es posible que estos ratones concretos hayan desarrollado algún rasgo extraño en su respuesta celular al estrés que interactúa con la modificación genética para hacerles vivir más.

Y si no se puede generalizar a todos los ratones, mucho menos se puede extrapolar al hombre. Cualquier ratón, incluso el que más viva de estos animales mutantes, no llega a cumplir tres años. Puede ser que los humanos ya tengan mecanismos de respuesta ante el estrés mucho más eficientes que los que tienen los ratones, y por eso viven más. Entonces, modificar genes podría traer consecuencias muy desagradables, como mayor predisposición al cáncer.

Archivado En