La UE impone criterios unificados para el etiquetado de los transgénicos

Sólo se especificará si algún ingrediente está alterado en más del 1%

Los Gobiernos de la Unión Europea apoyaron ayer un plan para obligar el etiquetado de los alimentos en los que al menos un ingrediente contenga más de un 1% de elementos modificados genéticamente. Así lo aseguraron ayer fuentes de la Comisión Europea (CE), en Bruselas, al señalar que "el comité [de Alimentación] ha dado una opinión favorable" a la iniciativa para que dichos productos lleven una etiqueta en la que se advierta al consumidor de la presencia de ingredientes transgénicos.

El Comité para la Alimentación también adoptó unas normas similares para el uso de aditivos y condimento...

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Los Gobiernos de la Unión Europea apoyaron ayer un plan para obligar el etiquetado de los alimentos en los que al menos un ingrediente contenga más de un 1% de elementos modificados genéticamente. Así lo aseguraron ayer fuentes de la Comisión Europea (CE), en Bruselas, al señalar que "el comité [de Alimentación] ha dado una opinión favorable" a la iniciativa para que dichos productos lleven una etiqueta en la que se advierta al consumidor de la presencia de ingredientes transgénicos.

El Comité para la Alimentación también adoptó unas normas similares para el uso de aditivos y condimentos que contengan material transgénico, informó CE.Las decisiones sobre el etiquetado -que contaron con el voto a favor de 14 Estados y una abstención- se convertirán en ley de la Unión Europea en cuanto hayan recibido el sello de la Comisión Europea, el órgano ejecutivo de la Unión Europea. Con ello se pondrá fin a meses de incertidumbre legal y se permitirá a los Estados de la UE aplicar una política de etiquetado que ya existía, pero carecía de criterios unificados, lo que dificultaba su puesta en práctica.La mayor parte de los alimentos tratados contienen soja o maíz que tradicionalmente han sido suministrados por países como EE UU, donde las cosechas transgénicas están mucho más extendidas que en Europa.

Representantes de la Comisión subrayaron que con el plan no se está dando en ningún modo luz verde a la utilización en los alimentos de etiquetas que subrayen que el producto está libre de elementos transgénicos. La definición de un producto libre de transgénicos, añadieron, será el tema de otro plan sobre el que la Comisión sólo ha elaborado un borrador.

La UE no ha aprobado ningún nuevo cultivo transgénico desde abril de 1998, ante la creciente preocupación de los consumidores por los eventuales perjuicios para la salud de las cosechas modificadas por medio de la biotecnología. La Comisión cree que el etiquetado contribuirá a tranquilizar a la opinión pública.

La imposición de estas nuevas normas perfila un nuevo enfrentamiento comercial entre la UE y EE UU que ya ha tomado represalias contra algunas restricciones de este tipo con impedimentos a la importación de productos europeos.

Según declaró ayer en Washington el representante de la Comisión Europea, John Richardson, la UE intentará "clarificar" un acuerdo sobre garantías sanitarias de los alimentos en los próximos debates de la Organización Mundial del Comercio. Los observadores apuntan a que las nuevas normas sobre etiquetado de la UE formarán parte de estas negociaciones que, según Richardson, no supondrán una modificación del marco establecido sobre este tema en la Ronda Uruguay de 1994.

Los ecologistas manifestaron ayer mismo su rechazo a la decisión de hacer una excepción a la obligación de etiquetado de los alimentos transgénicos en aquellos productos en los que cualquiera de sus ingredientes contenga menos de un 1% de material modificado genéticamente.

"La decisión adoptada hoy de permitir que alimentos que contengan niveles significtativos de contaminación transgénica no tengan que someterse a las normas de etiquetado, animará a muchos productores de alimentos a bajar la guardia en sus esfuerzos por lograr suministros de ingredientes libres de elementos genéticamente modificados", dijo Pete Riley, portavoz de Amigos de la Tierra. Esta organización ecologista es una de las que más ha presionado en Bruselas contra los productos transgénicos tanto por sus efectos sobre la salud como sobre el medio ambiente.

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