Los agricultores de Pego amplían sus cultivos ilegales en el marjal y desoyen el plan de protección del paraje

Primero plantaron girasoles. Después fueron alcachofas y patatas. Y este año han querido probar suerte con el apio. Un grupo de propietarios, con el apoyo del alcalde de Pego, el independiente Carlos Pascual, y de la Comunidad de Regantes, que preside el concejal José Orihuel, ha transformado más de 200 hectáreas, ubicadas en pleno corazón del humedal, en un gran huerto de hortalizas. Una actuación que vuelve a cuestionar la efectividad del Plan de Ordenación de Recursos Naturales (PORN), aprobado el pasado mayo, que delimita las actividades en el enclave y que parecía que iba a ser la garantí...

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Primero plantaron girasoles. Después fueron alcachofas y patatas. Y este año han querido probar suerte con el apio. Un grupo de propietarios, con el apoyo del alcalde de Pego, el independiente Carlos Pascual, y de la Comunidad de Regantes, que preside el concejal José Orihuel, ha transformado más de 200 hectáreas, ubicadas en pleno corazón del humedal, en un gran huerto de hortalizas. Una actuación que vuelve a cuestionar la efectividad del Plan de Ordenación de Recursos Naturales (PORN), aprobado el pasado mayo, que delimita las actividades en el enclave y que parecía que iba a ser la garantía definitiva para acabar con las agresiones al paraje. Una gran plantación de hortalizas ha robado terreno al cañizo y se extiende del camino de Pego al mar hasta el río Racons. La tierra ha sido desecada y transformada para poder plantar alcachofas y apio, cuando el PORN reserva este área al cultivo de arroz. Varios trabajadores pulverizaban ayer los campos en los que se ha instalado un sistema de riego por goteo para evitar la salinización del terreno. Un costoso cultivo supuestamente financiado por el Ayuntamiento de Pego, al igual que la mayoría de obras ilegales realizadas en el marjal. Sobre el alcalde y el concejal Orihuel pesa una imputación judicial por delitos ecológicos. El PORN establece que de las 1.273 hectáreas de superficie del marjal (un 49,48%), se dediquen a actividades agrarias, y permite el cultivo de arroz en 330 hectáreas. Pero se da la circunstancia de que las transformaciones en el parque natural, debido a la realización de tareas agrícolas, desvío de ríos y apertura de canales de forma ilegal, afectan a unas 500 hectáreas. Es por ello que los límites que establece el plan y la actual idiosincrasia del marjal no coinciden. Restablecer el orden en el parque es, junto a la protección del enclave, uno de los desafíos que deberá asumir el Consell. Mientras, la pasada semana se inició la recogida de una nueva cosecha ilegal de cereal en el marjal, y que saldrá a la venta sin que se impida su comercialización. Por otra parte, la Consejería de Medio Ambiente denunció hace unos días ante la Guardia Civil que varios camiones habían vertido residuos procedentes de un antiguo matadero de pollos de Pego. El abocamiento se realizó cerca de la parada de Sant Pere, junto al cauce del río Bullent, una zona del parque calificada en el PORN como "de especial protección". Según fuentes de Medio Ambiente, los inductores del vertido fueron miembros de la Comunidad de Regantes de Pego. La Confederación Hidrográfica del Júcar deberá ahora determinar si se ha cometido un delito ecológico.

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