Perrier, precedente en campo contrario

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La retirada total o parcial en varios países europeos de productos de Coca-Cola tuvo un precedente famoso en los años noventa: el agua francesa Perrier debió retirar en todo el mundo sus botellas -160 millones de envases- tras descubrirse rastros de benceno en algunos envases. Todo empezó el 2 de febrero de 1990, cuando la Food and Drugs Administration (máximo organismo sanitario de EEUU) informó a la sede de Perrier en ese país sobre la existencia de rastros de benceno en botellas de Carolina del Norte.

El día 9 se efectuaron análisis en la fuente de Vergèze (al sur de Francia) y en los almacenes, y la conclusión fue que el agua no tenía contaminación. Al día siguiente, Perrier retiró los 72 millones de botellas que constituían su mercado en EEUU.

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Los directivos de Perrier afirmaron que el problema podía haberse originado en un fallo de mantenimiento en los filtros de entrada a las cadenas de embotellado. La empresa retiró sus botellas de todo el mundo, aduciendo que no había "medias tintas posibles", y la iniciativa permitió al grupo recuperarse en Francia en el mercado y en la bolsa. No así en el extranjero.

La empresa Agua de Solares, de Cantabria, líder del sector español en los setenta con ventas de hasta 105 millones de botellas anuales, también vio cerrada su exitosa presencia en el exterior, incluso en EE UU, por una denuncia sanitaria. Nunca se recuperó de aquel contratiempo, ni siquiera en España.

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