Esther Ferrer y Manolo Valdés llevan a la Bienal dos formas distintas de ver el arte

Venecia presenta exposiciones en los 29 pabellones y a 102 artistas en el "Apertutto"

Los artistas Esther Ferrer y Manolo Valdés se vuelven a encontrar hoy, después de 25 años, en el pabellón español de la Bienal de Venecia. En la apertura oficial de la participación de España, organizada por el Ministerio de Asuntos Exteriores y comisariada por David Pérez, intervendrá también el músico Carles Santos. Los dos artistas comparten el espacio para presentar dos visiones sobre la historia del arte. Lo conceptual de Ferrer convive con la figuración matérica de Valdés. "Son posiciones distintas en el arte y a la vez es un reencuentro", declaró ayer Valdés.

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Los artistas Esther Ferrer y Manolo Valdés se vuelven a encontrar hoy, después de 25 años, en el pabellón español de la Bienal de Venecia. En la apertura oficial de la participación de España, organizada por el Ministerio de Asuntos Exteriores y comisariada por David Pérez, intervendrá también el músico Carles Santos. Los dos artistas comparten el espacio para presentar dos visiones sobre la historia del arte. Lo conceptual de Ferrer convive con la figuración matérica de Valdés. "Son posiciones distintas en el arte y a la vez es un reencuentro", declaró ayer Valdés.

, "Somos completamente diferentes uno del otro, y eso me parece muy bien", manifestó ayer Esther Ferrer ante la apertura del pabellón de España en los jardines de Castello, donde se presentan los 29 pabellones nacionales, junto a la propuesta del Apertutto, del comisario general, Harald Szeemann, con 102 artistas "sin límites" de tendencias, países y generaciones. Esther Ferrer presenta una serie de 12 autorretratos en el tiempo, junto a una instalación sobre Las tres gracias, con sillas suspendidas con 10.000 metros de hilo, y otro montaje de En el marco del arte. "Esta pieza está relacionada con la performance, y la propuesta es que la obra se transforme con el público hasta el final de la Bienal". Manolo Valdés tiene en el espacio central cinco grandes cabezas femeninas de hierro y madera y diez retratos de mujer. "La Bienal pide presentar obras recientes, pero depende del tipo de trabajo. Estas piezas últimas se presentaron en la Marlborough de Madrid y Nueva York. Las mujeres son imágenes de retratos de mujeres de Matisse. Uno se fija en los cuadros que le gustan para reinterpretarlos. Es como una excusa para producir pintura. Creo que la pintura sale de la propia pintura, y tengo la costumbre de releer los cuadros de otros y ver si tengo la capacidad de cambiar la sintaxis. La historia de la pintura, evolucionar desde ella misma". El comisario del pabellón español, el crítico David Pérez, destacó que "puede parecer extraño que haya reunido en esta Bienal a dos artistas tan opuestos, pero ambos se han formado en grupos que han caracterizado el arte español después de los años cincuenta". "Eran grupos que rompían con la estética del informalismo, que se ubicaban en los postulados de un pop-art muy ideologizado y combativo contra el franquismo". Opina que, tal como ha sido montado, "el pabellón no es representativo del arte español, sino de una generación del arte español". Pérez dijo que ha sido su intención huir de la propuesta de Harald Szeemann, cuya línea sigue la idea de un "arte joven". "No es que lo considere mejor o peor, sino que en un pabellón de estas características no se puede apostar por el arte joven ni estar a tono con algo que podría ser una moda. Los artistas que he traído aquí llevan más de treinta años dándole duro al trabajo". El pabellón español será inaugurado hoy por el secretario de Estado para la Cooperación Internacional e Iberoamérica, Fernando Villalonga, y por el embajador español en Italia, Juan Prat y Coll.

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