Tres años de trámites para formar una familia

La pareja burgalesa estaba a punto de recibir el hijo solicitado en 1996

Santiago Cabañas y Pilar Rojo tenían previsto recoger mañana a su hijo adoptivo, un niño colombiano de tres años. El matrimonio, sin hijos y que reside en la localidad burgalesa de Aranda de Duero, inició los trámites para la adopción en enero de 1996. Ya entonces tenían claro que querían adoptar un niño de Colombia.La responsable del Servicio de Adopciones de la Gerencia Territorial de Servicios Sociales de la Junta de Castilla y León en Burgos, Pilar Cazorla, considera que se inclinaron por Colombia porque, mientras que una adopción internacional tarda unos dos años en ser efectiva, en este ...

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Santiago Cabañas y Pilar Rojo tenían previsto recoger mañana a su hijo adoptivo, un niño colombiano de tres años. El matrimonio, sin hijos y que reside en la localidad burgalesa de Aranda de Duero, inició los trámites para la adopción en enero de 1996. Ya entonces tenían claro que querían adoptar un niño de Colombia.La responsable del Servicio de Adopciones de la Gerencia Territorial de Servicios Sociales de la Junta de Castilla y León en Burgos, Pilar Cazorla, considera que se inclinaron por Colombia porque, mientras que una adopción internacional tarda unos dos años en ser efectiva, en este momento todavía se están gestionando en la provincia adopciones nacionales solicitadas en 1993. La responsable del servicio asegura que la mayor parte de los solicitantes recurren a países suramericanos por cuestiones de identidad lingüística, aunque en los últimos años se está constatando también el incremento de solicitudes en países como Rusia, China o la India.

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El expediente de valoración e idoneidad del matrimonio arandino concluyó en agosto de 1996. El informe estimaba que eran aptos para adoptar un niño de menos de 18 meses, límite de edad que entonces no superaba el niño que iban a recibir mañana.

El matrimonio es de condición económica que difícilmente puede satisfacer las expectativas de los secuestradores: Santiago trabaja como camarero en un conocido restaurante arandino y Pilar es una cocinera inscrita en las listas del Inem a la espera de encontrar un trabajo. Ambos acordaron ir a Colombia personalmente para realizar los últimos trámites y recoger al niño en el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar como una forma de reducir los gastos que hubiera ocasionado contratar este servicio a través de una agencia. El matrimonio mantuvo su último contacto con los familiares el pasado viernes. Entonces se mostraron entusiasmados ante la inminencia de la entrega de su hijo adoptivo y anunciaron su intención de regresar a Aranda esta misma semana.

El 18 de enero partieron hacia Colombia. Un día antes recibieron en su domicilio la visita de otra persona que se encuentra especialmente afectada por el secuestro, Alba Mosquera. Es una colombiana que lleva cinco años afincada en la pequeña localidad burgalesa de Hoyales de Roa, casada con el alcalde.

El 17 de enero entregó al matrimonio arandino una carta dirigida a su hermana Doris, que vive en la colombiana Medellín. Doris, su hermana Olga y el esposo de ésta, Javier Jurado, iban en el todoterreno que fue asaltado por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.

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Alba Mosquera consiguió hablar ayer mismo con un hermano de Javier, quien le comunicó que el asalto se produjo a las nueve de la mañana del domingo y que, además de los cinco ocupantes del todoterreno, fueron secuestradas otras cuatro personas que viajaban en otros dos vehículos.

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