Reportaje:

Un mecanismo biológico normal en un ambiente nuevo

Nada impide, en principio, conjeturar que un mutante de virus de inmunodeficiencia de monos infectase hace 100 años, o 200, o más aún, a una persona en África; que el individuo y algunos contagiados por él en su entorno más próximo, muriesen de un mal desconocido y que el brote de ese hipotético sida sucumbiera en la región sin pasar a la historia de la medicina.Los saltos víricos de una especie animal a otra no son una novedad en la biología ni en la medicina. La gripe que de vez en cuando pasa de las aves al hombre es el ejemplo más popular, pero hay muchos otros; el VIH no es algo excepcion...

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Nada impide, en principio, conjeturar que un mutante de virus de inmunodeficiencia de monos infectase hace 100 años, o 200, o más aún, a una persona en África; que el individuo y algunos contagiados por él en su entorno más próximo, muriesen de un mal desconocido y que el brote de ese hipotético sida sucumbiera en la región sin pasar a la historia de la medicina.Los saltos víricos de una especie animal a otra no son una novedad en la biología ni en la medicina. La gripe que de vez en cuando pasa de las aves al hombre es el ejemplo más popular, pero hay muchos otros; el VIH no es algo excepcional.

"Un colega ruso ha presentado recientemente en un congreso datos de un poxvirus de mono descubierto en África y que ha saltado al hombre", comenta Luis Enjuanes. "Inicialmente", continúa, "se registraron cuatro o cinco casos mortales en humanos al año, pero últimamente se han registrado hasta 400 ó 500 casos anuales". Ese poxvirus está haciendo estragos en una población inmunodeprimida por el sida, explica Enjuanes, y probablemente no representaría un gran problema en una población sana, pero es un caso nuevo de virus de mono que pasa al hombre y encuentra un caldo de cultivo adecuado para proliferar.

Demografía y cultura

Sin embargo, sí han surgido factores nuevos en el siglo XX que exacerban la potencial difusión de los virus, nuevos o no, por todo el planeta en la era de los movimientos masivos de personas, animales y productos. Y no es sólo la circulación desenfrenada lo que los expertos observan cuando se enfrentan a los virus que surgen y/o se extienden como manchas de aceite.

"Los movimientos demográficos se han disparado en este siglo", plantea Esteban Domingo. "Pero hay más elementos a tener en cuenta, como nuevos hábitos culturales y sexuales, factores climáticos o los efectos de la acción del hombre en la naturaleza", continúa. Comenta el impacto que tiene en la proliferación de virus la destrucción de selvas tropicales para ganar terreno a los árboles y dedicarlo a pastos ganaderos: "Lo que antes eran bosques, son ahora nuevos hábitats para los virus que transmiten las garrapatas, dado que éstas proliferan con el ganado".

Lo cierto es que los virus están esperando la ocasión de saltar de una especie a otra y cuando se presenta la posibilidad no la desaprovechan. Claro que, como ahora la ciencia cuenta con métodos y técnicas avanzadas para identificar y rastrear los virus, difícilmente quedan camuflados como mal desconocido.

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