Arco vive un año de auge marcado por una ley que cuestiona la criba de calidad

Los galeristas excluidos intentan forzar la ampliación de la feria madrileña de arte

De las 382 galerías que solicitaron estar en Arco 99, que cierra hoy sus puertas, 149 se vieron excluidas. Sucede en cada edición y en todas las ferias de arte. El problema es que este año, uno de los mejores en cuanto a ventas y calidad, las quejas de algunos de estos excluidos se han visto apoyadas por la nueva Ley de Ferias de la Comunidad de Madrid. En su actual redacción, esta ley cuestiona por omisión la posibilidad de que la selección se base en los criterios de calidad del comité organizador (integrado por galeristas), y exige que estos criterios sean "objetivables".

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De las 382 galerías que solicitaron estar en Arco 99, que cierra hoy sus puertas, 149 se vieron excluidas. Sucede en cada edición y en todas las ferias de arte. El problema es que este año, uno de los mejores en cuanto a ventas y calidad, las quejas de algunos de estos excluidos se han visto apoyadas por la nueva Ley de Ferias de la Comunidad de Madrid. En su actual redacción, esta ley cuestiona por omisión la posibilidad de que la selección se base en los criterios de calidad del comité organizador (integrado por galeristas), y exige que estos criterios sean "objetivables".

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Varios contenciosos administrativos de galerías excluidas y la presión ante la dirección general ferial han puesto a la directora de Arco, Rosina Gómez Baeza, ante las cuerdas. La abrumadora mayoría de galeristas presentes en la feria, sin embargo, apoya a la actual dirección y advierte de que, de no mantenerse la selección estética, habrá un éxodo masivo de galerías.La Ley de Ferias se publicó en junio de 1997, pero hasta esta edición no habían comenzado los problemas. La dirección de Arco ya advirtió en su momento que se podrían producir estos problemas y solicitó al abogado del Centro de Fundaciones, José Antonio del Campo, que estudiara a fondo el documento legal y realizara un informe con las posibles modificaciones que salvaguardarían el futuro control de calidad de la feria. Las matizaciones que proponía el abogado se limitaban a reforzar algunos artículos de la ley con el objetivo de que se considerara al comité de selección como un organismo ejecutivo y se valorara la posibilidad de que la feria combinara su finalidad comercial con la cultural. No hubo respuesta en ninguna instancia política o administrativa de Ifema. En estas circunstancias, la dirección de Arco, que depende de Ifema, se ha encontrado casi indefensa legalmente ante la presión de algunas galerías excluidas, que intentan forzar la ampliación de criterios, e incluso de espacios, de Arco.

"No creo que la Ley de Ferias impida la selección, pero establece que tiene que hacerse con unos criterios objetivables", afirma Fermín Lucas, director general de Ifema desde abril del pasado año y anteriormente diputado del PP en la Asamblea de Madrid. "La gente encargada de seleccionar esta feria tiene los criterios bastante claros, y creo que pueden ser bastante objetivables. Ahora lo que haremos será preparar el Arco del 2000 y escucharemos a todo aquél que tenga algo que decir. Naturalmente, los expertos son los que tienen que ponerse de acuerdo en decidir lo que es objetivable y durante cuánto tiempo podrá serlo". Según señaló ayer, "hay posibilidades de que cambie el comité de selección y se tiene que valorar si sólo tiene que estar integrado por galeristas o hay que dar entrada a otros expertos".

El presidente de la Unión de Asociaciones de Galerías, Joan Kreisler, que no participa en Arco, ha intervenido en el conflicto con el objetivo, afirma, de buscar el consenso entre ambas partes. Kreisler hizo anteayer unas declaraciones, que ayer negó, en las que se ponía de parte de las galerías excluidas y acusaba de inmovilismo a un sector de galerías de arte contemporáneo. El galerista acudirá hoy a la rueda de prensa del comité para explicar su posición.

"Busco el consenso y que se armonicen las posiciones de unos y otros", afirmó. "La idea es que se mantenga la selección, pero lo cierto es que este año ha aparecido una situación nueva, que es esta nueva ley, que modifica las posiciones, por lo que habrá que estudiar si lo que se ha hecho hasta ahora sigue siendo válido. En todo caso, Arco tiene que regirse por unas normas transparentes y claras".

Estas normas, según el reglamento de Arco, están perfectamente establecidas excepto en el caso del criterio de calidad, que, al igual que ocurre en las ferias de Basilea, Chicago, París o Francfort, se deja en manos del comité de galeristas encargado de la selección. "Lo que defendemos es que se tenga confianza en el comité", dice Gómez Baeza. "Durante estos años han pasado más de 150 galeristas por el comité y han acertado al menos en un 85% de los casos. Puede haber habido algunos errores, pero es evidente que se ha conseguido elevar el nivel de la feria y situarla en muy buena posición a nivel internacional. El riesgo es necesario, pero el resultado creo que salta a la vista. Para continuar se precisa confianza. Intentar objetivizar el arte es complicado".

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