Reportaje:

"Pertenezco a la raza aria, no hebraica"

Decenas de mujeres pasaron control étnico en Mallorca antes de casarse con italianos y alemanes en la guerra civil

Para poder casarse, Margarita H. se vio obligada en 1939 a redactar una instancia manuscrita al alcalde militar de Palma de Mallorca, Mateo Zaforteza, en la que afirmaba: "Deseo demostrar que pertenezco a la raza aria y no hebraica". Margarita necesitaba obtener un certificado de "limpieza de sangre" y otro que especificara que "nunca había pedido limosna".Un total de 46 instancias similares, tramitadas por mujeres de Mallorca entre diciembre de 1938 y noviembre de 1940, han sido halladas en un fondo residual del archivo de Palma. Las demandantes se sometieron a esta indagación inquisitorial f...

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Para poder casarse, Margarita H. se vio obligada en 1939 a redactar una instancia manuscrita al alcalde militar de Palma de Mallorca, Mateo Zaforteza, en la que afirmaba: "Deseo demostrar que pertenezco a la raza aria y no hebraica". Margarita necesitaba obtener un certificado de "limpieza de sangre" y otro que especificara que "nunca había pedido limosna".Un total de 46 instancias similares, tramitadas por mujeres de Mallorca entre diciembre de 1938 y noviembre de 1940, han sido halladas en un fondo residual del archivo de Palma. Las demandantes se sometieron a esta indagación inquisitorial forzadas por los consulados de la Italia fascista y la Alemania nazi para poder contraer matrimonio con ciudadanos italianos o alemanes, militares que ayudaban en España a la rebelión armada del general Franco contra la República.

Los expedientes constituyen la prueba de la discriminación social durante la guerra civil y la posguerra en Mallorca, que desconocían por completo tanto los especialistas en el conflicto y el franquismo como los historiadores de la marginación y persecución de los chuetas de Mallorca.

Este colectivo está integrado por familias no judías, pero que descienden de familias convertidas al cristianismo en la Edad Media. Los chuetas fueron perseguidos e inmolados en hogueras por la Inquisición y marginados históricamente por la Iglesia y la Corona.

"Ni los servicios secretos británicos, que lo controlaban todo en Mallorca, olieron entonces este asunto. No hay nada al respecto en ninguno de los muchos archivos públicos, privados y restringidos, locales e internacionales que he consultado", comentó ayer el monje e historiador Josep Massot i Muntaner, autor de 15 libros sobre esta época.

Los agentes secretos y consulares de Italia y Alemania, conocedores de la singularidad social que representaban los chuetas, elaboraron listas de identificación en colaboración con falangistas locales. Hubo, como en otras épocas, un proyecto de exclusión y confinamiento de este colectivo social perseguido.

El estudio y la transcripción de los casos de 46 mujeres contemporáneas -entre ellas tres parejas de hermanas que se casaron a la vez con jóvenes militares italianos fascistas o nazis alemanes que nunca son identificados- corresponde a Magdalena de Quiroga. Lo ha resumido en Memòries de l"Acadèmia Mallorquina d"Estudis Genealògics, un boletín interno y de difusión restringida. El cartapacio olvidado "Secretaría-Expedientes sobre no pertenencia a la raza judaica", fue hallado por el archivero Pedro de Montaner, esposo de la historiadora.

"Estaba en un estante esquinado del viejo archivo municipal, cubierto de excrementos de paloma", relata Montaner. Era un fondo residual que nadie había tocado en casi 60 años. No formaba parte de un registro expurgado por la censura o de los prohibidos infiernos ideológicos de las antiguas bibliotecas. "Era incompleto. Sí faltaban escritos en algunas carpetas y no había ninguna petición denegada", agregó Montaner.

Quiroga señala que, con un ejército más de 1.000 integrantes, "los italianos se lucieron", y su presencia era muy habitual en los paseos céntricos de Palma.

"Las mujeres de todas las edades", dice Massot, "no ocultaban su entusiasmo por aquellos jóvenes que se mostraban tan simpáticos, y ello suscitaba los celos de los mallorquines, que tenían hacia ellos un sentimiento de rabia". Hubo bodas mixtas, madres solteras y mujeres seducidas y abandonadas, según Quiroga.

Joan Pla ha recogido, por su parte, testimonios directos de los abusos sexuales y perversiones del llamado conde Rossi (Arconovaldo Bonacorsi), un líder fascista italiano responsable de la represión en Mallorca en 1936 y en Málaga en 1937. "Era una personalidad repulsiva y siniestra, un aventurero sin escrúpulos", dice Massot.

El caso de Francisca B. es representativo. "Me interesa justificar que mis dos apellidos no son de los conocidos como procedentes de la raza judaica", decía en un oficio de aquel tiempo al alcalde militar de Palma. La joven pedía que se certificara que ella no formaba parte de los chuetas. Francisca escribió "Febrero de 1939 (III Triunfal)" y luego tuvo que proclamar con letras mayúsculas, subrayadas y entre admiraciones: ¡Viva España! ¡Saludo a Franco! ¡Arriba España! Las leyes de Núremberg de 1935 rescataron la limpieza de sangre y señalaron oficios viles, un uso del Santo Oficio de la Inquisición, que se extendió por toda Europa, resalta el historiador Francesc Riera. Este especialista en la historia de la persecución a los judíos españoles de Mallorca señala que "la Constitución liberal española de 1812 abolió los gremios y los expedientes de pureza de sangre, en los que no sólo se debía acreditar no ser judío, sino no haber desempeñado profesión vil (cochero, carnicero o pescadero). Éste era un código muy extendido en Europa". Los militares españoles, hasta finales del franquismo, también debían recabar informes sobre sus futuras esposas y someter la boda a la conveniencia y autorización del Ejército.

El trance que padecieron las mujeres mallorquinas se debió a la doctrina legal de los nazis de la Alemania de Hitler, que pregonaron el antisemitismo y prohibieron los matrimonios de "arios con judíos". Les siguieron los camisas negras de Mussolini en Italia. A.C.F. tiene más de 80 años y sigue siendo una mujer activa, culta y bella. Erguida, menuda, maquillada y muy bien vestida, se pasea por las calles del centro histórico de Palma, acude a veces a algún acto público y a misa en la catedral. Hija de una conocida familia de comerciantes, hace 60 años se enamoró, se casó y tuvo un hijo con un piloto italiano.

El expediente de limpieza de sangre de otra mujer, identificada como A., es el primero de los documentados en "Expedientes sobre no pertenencia a la raza judaica" de Palma de Mallorca. No consta en este caso el motivo del trámite, pero la historiadora Magdalena de Quiroga, que ha trabajado en el asunto, anota: "No se indica que sea a efectos de matrimonio, pero no dudamos de que lo sea, porque nos consta que la interesada se casó con un italiano".

Esta mujer, como algunas otras cuyas peripecias se han podido reconstruir, se quedó a vivir en Mallorca. Su único hijo sería con los años un destacado activista antifranquista. Se conocen dos episodios dramáticos de noviazgos mitificados por su final fatal. El primero fue un enlace mixto hispano-italiano en la época fascista: Paquita Farranz, hija del general auditor de guerra de Mallorca, la joven más bella de la isla en los años treinta, según cuentan, se casó con otro apuesto militar italiano. Nada más casarse, emprendieron viaje de novios en un hidroavión de guerra. El avión capotó, la pareja desapareció en el mar, nunca más se supo de ella y la leyenda continúa.

Massot contó ayer otro suceso trágico por un "cortejo militar" similar. Un hidroavión italiano cayó sobre una escuela rural de Mallorca y mató a los alumnos y a la maestra. El aviador cortejaba a la profesora y, para alardear hacía pasadas rasas de exhibición sobre el centro escolar. En un instante chocó y destruyó el colegio. "No hay datos escritos sobre el incidente porque fue tapado de inmediato", dice Massot i Muntaner.

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