LA BIOLOGÍA ACELERA EL PASO

La clonación de células humanas provoca un gran debate ético y científico en EE UU

Las empresas de biotecnología piden a la Casa Blanca que convoque al Comité de Bioética

El anuncio por una pequeña empresa de Worcester (Massachusetts, EE UU) del primer experimento de clonación de células humanas ha disparado una fuerte polémica entre científicos, expertos en bioética y responsables de la Administración estadounidense. Los experimentos habían sido realizados en 1995 y 1996, pero la compañía Advanced Cell Technology no los hizo públicos hasta el jueves pasado, y por un procedimiento poco ortodoxo.Ninguna revista médica conocía el experimento que se estaba llevando a cabo en el centro de Worcester. Ninguna de las publicaciones de mayor prestigio en el campo de...

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El anuncio por una pequeña empresa de Worcester (Massachusetts, EE UU) del primer experimento de clonación de células humanas ha disparado una fuerte polémica entre científicos, expertos en bioética y responsables de la Administración estadounidense. Los experimentos habían sido realizados en 1995 y 1996, pero la compañía Advanced Cell Technology no los hizo públicos hasta el jueves pasado, y por un procedimiento poco ortodoxo.Ninguna revista médica conocía el experimento que se estaba llevando a cabo en el centro de Worcester. Ninguna de las publicaciones de mayor prestigio en el campo de la ciencia, la biología o la medicina recibió la más mínima indicación de que se estaban clonando células humanas. Los autores de la clonación prefirieron enviar su descubrimiento al diario The New York Times, que lo llevó a su primera página hace dos días.

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¿Por qué la empresa ha esperado dos años para comunicar la clonación de una célula humana mezclada con células de vaca? Michael West, presidente de esa compañía, ha asegurado en varias entrevistas que decidió dar a conocer su descubrimiento porque la empresa tenía la "responsabilidad moral de escuchar la respuesta de la opinión pública" antes de continuar con los trabajos. Esto contrasta indudablemente con la demora en la publicación de los resultados.

George Annas, profesor de derecho médico en la Universidad de Boston, en declaraciones a The Washington Post, pone en duda el valor real del experimento y los objetivos de la compañía. "¿Qué tienen? No han publicado nada, no tienen nada", dice Annas. "Todo lo que tienen es la oportunidad de aprovecharse de otras noticias recientes en este terreno. Han dicho: saquemos dinero a esto", asegura Annas.

Otra polémica que rodea a este experimento es su fuente de financiación. La legislación de EE UU prohíbe el uso de fondos públicos para investigaciones genéticas de clonación humana. La clonación se desarrolló en varios laboratorios, y algunos de ellos pertenecen a la universidad de Massachusetts. La compañía asegura que ha empleado sólo fondos privados para llevar a cabo su trabajo en los últimos años, y que en los laboratorios de esa universidad no había ni un sólo aparato que no fuera suyo. Pero trabajaban allí, en unos edificios financiados en parte por fondos públicos.

Un comité ético de la universidad también debía haber supervisado el experimento; ahora se sabe que el comité aprobó la investigación sin contar con información exacta de lo que se estaba desarrollando.

Por si esto fuera poco, las autoridades médicas y sanitarias de EE UU exigen una notificación de cualquier compañía que a título privado se disponga a investigar técnicas genéticas que afecten a células humanas.

La Asociación de Industrias Biotecnológicas lamentó ayer la falta de un marco regulador. Esta institución pedirá a la Casa Blanca que convoque a la Comisión Nacional de Bioética para examinar este caso concreto y establecer normas comunes.

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